Una mujer cada vez más afectada por la enfermedad renal protagoniza el Día Mundial del Riñón este año

Se celebra este 8 de marzo con una prevalencia cada vez mayor para las mujeres que, en Salamanca, siguen por debajo de las estadísticas de los hombres. La prevención y cambiar los hábitos de vida, imprescindible para evitar la escalada

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Cada vez se hace más necesario un cambio de hábitos en la vida actual para, entre otras cosas, evitar el aumento de la enfermedad renal crónico. De hecho, un informe elaborado por la Sociedad Española de Nefrología recoge que el sedentarismo llega en la mujer al 70%, un porcentaje bastante mayor que en el hombre, que sigue siendo el más afectado en el caso de enfermedades renales, aunque las mujeres van siendo cada vez más. 

Así, menos del 50% de las mujeres cumplen con la recomendación de 150 minutos de actividad física semanal en ratos de ocio. Los datos de sedentarismo se conectan con los de sobrepeso y un 74% de las mujeres adultas en España presenta exceso de peso. Por su parte, los niveles elevados de colesterol afectan a más de la mitad de las mujeres (52%). Y el tabaquismo sigue en niveles también muy preocupantes: un 25% de las españolas fuma en este estudio. En relación con el resto de factores de riesgo, según datos del estudio ENRICA, la prevalencia global de hipertensión arterial en mujeres se sitúa en el 28%, aunque en mayores de 65 años sube al 68%, mientras que el 6% de las mujeres padecen diabetes, porcentaje que sube al 17% en mujeres mayores de 65 años. 

Por ello, la prevalencia de la enfermedad renal crónica crece entre las mujeres también con la edad y sus principales causas son la diabetes (18%), la nefropatía vascular (17%), la nefropatía intersticial crónica (11%) y las glomerulonefritis (10%). En el caso del trasplante, las mujeres son, en España, más donantes que receptores. En concreto, las mujeres representan el 40% de los donantes de riñón, y el 36% de los receptores. 

El Informe de la S.E.N. recoge también los resultados de una encuesta realizada por ALCER (Federación Nacional de Asociaciones de Lucha contra la Enfermedad Renal), que muestra algunas características sociodemográficas de la población femenina con Enfermedad Renal Crónica. La encuesta revela que el 5% de estas mujeres no tiene estudios, un 11% sólo sabe leer y escribir, el 31% tienen estudios primarios, el 33% cursaron estudios secundarios y sólo el 18% son universitarias. 

Asimismo, un 66% de las mujeres en tratamiento con hemodiálisis son pensionistas no contributivas por invalidez, y un 21% son mujeres trasplantadas, con pensión contributiva. Su mayor preocupación es el impacto de la ERC sobre su propia autonomía personal y cómo esta afectará a la situación familiar y la fase inicial de la enfermedad renal es la más impactante sobre la mujer, pues hace que el desconocimiento de la enfermedad, el cansancio y otros factores influyan en su estado emocional. En general, puede decirse que la mujer con ERC se ve frecuentemente con respecto al hombre en una situación de desventaja fundamental: la de tener que compatibilizar su enfermedad con su condición de cuidador o cuidadora. 

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