“Soy musulmán pero no soy terrorista”

Este es el grito de dos musulmanes residentes en Salamanca desde hace más de una década que afirman que el Islam es todo lo contrario que lo que proclaman los terroristas. Se muestran apenados de que estos últimos hechos estén provocando un mayor rechazo a su comunidad e instan a la sociedad a “no meter a todos en el mismo saco”. “Estos asesinos están destrozándonos. En esto estamos todos unidos. Te da vergüenza decir que eres musulmán por lo que hace esta gente pero el Islam es paz”
 

 “Soy musulmán pero no soy terrorista”
“Soy musulmán pero no soy terrorista”

“Somos trabajadores, vivimos nuestra vida, tenemos nuestros hijos. Estos asesinos están destrozándonos”. Son palabras de Younes Al-Maghribi y Baida Mohamed El Mahdi, dos musulmanes residentes en Salamanca procedentes de Marruecos y Sáhara, respectivamente, quienes se apenan por las situaciones que viven en la capital charra a raíz de los atentados que asolan el mundo. “Islam es paz. Que estos niñatos dejen de nombrarlo. El Islam no quiere nada de vosotros”, comentan con palabras más fuertes imposibles de reproducir.

Es el mensaje que lanzan, junto con la más estricta condena a estos actos y su ánimo y ayuda más fuerte a los españoles y todos los que sufrieron el atentado. “Mi familia podía haber estado ahí. Nosotros también tenemos miedo”, afirman, indicando que la generalización también les hace daño. “Soy musulmán y no soy terrorista”.

De hecho, alejan la religión de cualquier tipo de violencia. “Estos son dos tontos que la preparan, asesinan, quitan la vida de niños... En dos segundos han cambiado la vida de muchas personas y Alá les castigará”, así como también a los adoctrinadores. “La mayoría son jóvenes a los que les comen el coco no sabemos cómo. No deben estar bien informados”.

Y es que, como afirman, el “Islam de verdad habla de ayudar a los pobres, es paz. No existe el crimen. El Ramadán se hace para sentir lo que pasan los pobres. El Islam te quita lo malo”, aseveran. Y continúan explicando que la traducción de yihad es luchar pero no en el sentido que algunos le quieran dar, sino hacerlo por los amigos, por la familia, por la libertad. 

Precisamente este es su principal miedo. Ambos tienen familia, incluidos hijos, para los que no quieren ciertas situaciones cotidianas que deben vivir como conversaciones en autobuses o en el negocio en el que trabajan en los que la sociedad comenta que se debe expulsar a todos los musulmanes. “No quiero que mis hijos pasen el racismo. No quiero que mis hijos sufran”.

Por ello llegaron hace muchos años a España, porque el futuro era mejor. Aquí visualizaron su vida en libertad y democracia, nacieron sus hijos y comenzaron a sufrir, como todos, el azote del terrorismo. En su caso, además, desde una doble vertiente: el repudio al atentado y la indignación que provoca que alguien lo haga en nombre del Islam. “En esto estamos todos unidos. Te da vergüenza decir que eres musulmán por lo que hace esta gente pero el Islam es paz”, concluyen. 

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