“El Pacto de Estado es positivo pero no suficiente”

Desde Adavas consideran que cualquier paso en la lucha contra la violencia de género siempre ayudará aunque el nuevo Pacto de Estado podría haber llegado antes y abordar más temas. Las quejas principales llegan en la falta de una regulación integran y en el insuficiente enfoque feminista. Por otro lado, consideran las medidas en educación como las más importantes de cara a erradicar el problema en el futuro

 “El Pacto de Estado es positivo pero no suficiente”
“El Pacto de Estado es positivo pero no suficiente”

De manera satisfactoria pero esperando a la puesta en práctica ven desde Adavas el Pacto de Estado contra la violencia de género que aglutina más de 250 medidas para una cuestión que ha pasado a convertirse en uno de los pocos problemas en los que parece mostrarse cierta unanimidad entre los diferentes partidos políticos. No en vano, ha sido consensuado de tal manera que todos han aportado para que del Parlamento salga un conjunto de medidas que satisfagan a todos.

Este es uno de los principales motivos por los que se muestra la satisfacción desde Adavas, cuya abogada, Manuela Torres, recuerda que el mensaje de unidad es igualmente importante para atajar la violencia, de cualquier tipo, que se da contra la mujer. Aunque precisamente este ha sido uno de los puntos más discordantes entre los partidos y que también recuerda Manuela Torres. “No hay un concepto único de qué es la violencia machista. A las asociaciones se nos escucha pero no se llega a hacer una regulación global. Es una cuestión de mínimos”.

Quizás este sea el mayor problema que encuentran desde Adavas ya que todas las medidas recogidas en el Pacto de Estado se regularán por diferentes leyes a las que recurrir, en ocasiones, puede ser complicado debido a que en los mismos supuestos de hecho puede haber discrepancias. Por otro lado, adolece del enfoque feminista que ha permitido los mayores avances en los últimos años en el ámbito de la lucha contra la violencia de género, como comenta la abogada de la asociación.

Sin embargo, y a la espera de que la puesta en práctica sea verdaderamente positiva, tiene puntos que para Adavas, como asociación que cuida especialmente la atención y la prevención, son importantes en el objetivo de la erradicación de la violencia de género. El principal es todo lo que tiene que ver con la educación en igualdad, comenzando por esa asignatura en colegios e institutos en todas las etapas educativas.

“Si se educa, difícilmente existirían tantos casos pero es algo de largo recorrido. Se siembra ahora y se recogerá porque hay mucho machismo arraigado en España. La teoría la tenemos pero no la práctica”, dice Manuela Torres. “Con un problema de tal magnitud, o se sensibiliza la población y los políticos o no se avanza”, recuerda al comentar que también hay daños igualmente directos con huérfanos y diversos suicidios de mujeres a consecuencia del maltrato.

Formación

Dentro del espacio de la educación podría entrar la formación de los profesionales más cercanos a la problemática como los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o los sanitarios. De hecho, en las medidas se recoge que los temarios de acceso al empleo público tengan una parte de contenidos de igualdad, como en el caso de los cuerpos docentes.

Pero la anterior medida no es nada nuevo. De hecho, recuerda Manuela Torres, se llevan formando profesionales y sanitarios desde hace más de veinte años, así como psicólogos, trabajadores sociales y profesionales de la enseñanza. “La formación tiene que ser integral, algo serio. Por eso es importante a ver cómo se desarrolla porque el ordenamiento jurídico en España no está nada mal. El problema es la interpretación y la aplicación de las normas”.

Ahondando en ello, reconoce que la importancia en formación en violencia de género es proporcional a su dificultad ya que, como asevera, el comportamiento de una víctima es “difícil de entender” para la sociedad debido a que es completamente diferente al de alguien que no ha sufrido ningún trauma similar, por lo que el trato también debe ser diferente.  

Eso sí, a pesar de estos detalles, la también secretaria de la asociación reconoce que “cualquier lucha es positiva” y que, de manera personal, cree que tendrá su efecto positivo aunque siempre se pueda hacer más. “Es positivo pero no suficiente. Se legislan temas sobre la orfandad y las prestaciones de las que yo me encontré problemas en los años 90, veinte años antes. Se tenía que haber hecho antes”, reconoce.

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