Los acontecimientos que han sucedido en Venezuela en los últimos años han provocado la salida del país de un número creciente de personas. La violencia en las calles, además de la inseguridad política, ha hecho del país más rico en recursos de América Latina, especialmente gracias a su producción de petróleo, un territorio impracticable.
De hecho, esta semana se ha conocido que las exportaciones de España a Venezuela continúan descendiendo, en concreto, un 56,47% en los cinco primeros meses de 2017 respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Instituto Español de Comercio Exterior. Los datos de recepción de venezolanos en Salamanca también son elocuentes en este sentido.
Así, según el Instituto Nacional de Estadística, en 2016 llegaron a la capital del Tormes un total de 64 personas procedentes de aquel país, poco menos del doble de las que lo hicieron un año antes, cuando aterrizaron 37 venezolanos. Y es que el incremento es más significativo si tenemos en cuenta que en 2014 habían sido solo 22 las bienvenidas a migrantes procedentes de Venezuela.
Bien es cierto que en los años previos las cifras habían permanecido estables, ligeramente por encima de ese último baremo, pero el dato de 2016 es un récord sin precedentes. Así, vemos cómo en 2013 llegaron 35 venezolanos, uno menos que el año anterior y en 2011 y 2010 llegaron 41 personas procedentes de aquel país.
Estos datos revelan que la propia crisis interna en España también ha hecho fluctuar las llegadas a Salamanca. En especial si atendemos al padrón registrado en el Instituto Nacional de Estadística, que sitúa en la capital del Tormes, a primeros de este mismo año, un total de 219 venezolanos. Se trata del primer año desde el comienzo de la crisis en el que se produce un incremento, que además es significativo, y responde a la desbandada que están provocando los desmanes políticos de Nicolás Maduro.
En este sentido, en 2016 había registrados 182 venezolanos en el padrón salmantino, dos se perdieron desde el año anterior en el que hubo anotados 184, en 2014 había 207 y en 2013, un total de 235. Si bien es cierto que entre 2012 y 2013 hubo un incremento de cinco personas, la caída fue más profunda desde 2011 cuando hubo registradas 253 personas que precedían de Venezuela en Salamanca.
Regresan y no pueden salir: el caso de Rodrigo Rivera Morales
El régimen bolivariano implantado en Venezuela reproduce de manera fidedigna algunos 'tics' de cualquier totalitarismo. Pedro Morales, quien de alguna manera organiza en Salamanca a los venezolanos afincados, denuncia que el catedrático Rodrigo Rivera Morales, doctor en Derecho Procesal por la Universidad de Salamanca, está atrapado en Venezuela después de que el Gobierno le haya retirado el pasaporte.
De hecho, recientemente estaba prevista su participación en un congreso de Derecho Procesal celebrado en la ciudad colombiana de Cúcuta, pero la retención de su documentación por parte de las autoridades venezolanas impidió su asistencia. Una bandera de Venezuela ocupó su asiento en el citado evento en un gesto de denuncia de la organización por la falta de libertad, que se hace cada vez más palpable en aquel país.
Una denuncia a la que también se sumó otro catedrático de la Universidad de Salamanca, el profesor Lorenzo Bujosa, en sus redes sociales. “El profesor Dr. D. Rodrigo Rivera Morales, doctor por la Universidad de Salamanca y profesor distinguido de la misma Universidad no ha podido pasar a Colombia a un encuentro científico. Pedimos al régimen venezolano libertad y democracia. Salud para todo”, rezaba íntegramente su mensaje.
Lo cierto es que, según sospechan, la causa de esta situación reside en las conferencias que ha efectuado en los últimos tiempos, cuyo contenido ha mostrado un nítido posicionamiento en contra de la celebración de la Asamblea Constituyente por ser, en opinión de juristas como lo es él, contraria a Derecho. En opinión de Pedro Morales es un acto de censura intelectual que coincide muy bien con la forma de actuar del gobierno venezolano.
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