Con una sugerente puesta en escena, esta noche 12 caballos, cuatro jinetes y el cuadro flamenco conformado por cuatro bailaoras y dos cantaores transformaban el coso de la Plaza de Toros en un escenario en el que se fusionaba baile con el caballo y la música.
Con unos tendidos repletos, el espectáculo empezaba a ritmo de sevilllana y continuaba con rumbas que hacían que el público no se resistiera a tocar las palmas.
Arte, compás y duende, eran los ingredientes de una receta en la que el flamenco se ponía en escena con los mejores caballos, jinetes, baile y músicos.
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