El 70% de los hogares no está notando los efectos de la recuperación económica

El informe Foessa de Cáritas muestra que los aspectos que han empeorado en más de la mitad de los hogares son las capacidades de ahorrar, de resistir una nueva crisis económica, de hacer frente a una reforma necesaria de su vivienda o de llegar a fin de mes. En cuatro de cada diez hogares han empeorado también su capacidad para hacer frente a necesidades de salud no cubiertas por el sistema público, para pagar refuerzos educativos a los hijos, para afrontar el pago de recibos energéticos
 

 El 70% de los hogares no está notando los efectos de la recuperación económica
El 70% de los hogares no está notando los efectos de la recuperación económica

Tres años después del inicio del nuevo ciclo económico, el 70% de los hogares no ha percibido que los efectos de la recuperación económica les hayan llegado. En el caso de los hogares bajo el umbral de la pobreza, sólo un 9% percibe, en estos momentos, que la recuperación económica ha mejorado sus condiciones de vida.

Ésta es una de las principales constataciones que la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada) pone sobre la mesa en el informe ‘Análisis y Perspectivas 2017. Desprotección social y Estrategias familiares’, elaborado para conocer en profundidad los cambios que la gran recesión de los años 2007-2013 ha generado en los hogares y en qué situación se encuentran para afrontar el período de recuperación actual.

La encuesta señala, por ejemplo, que solo el 27% de los hogares están experimentado los efectos de la recuperación económica y que la evolución en las condiciones de vida no está siendo lo positiva que cabría esperar. Los hogares que menos están percibiendo los efectos del nuevo ciclo económico son, precisamente, aquellos que más sufrieron los efectos de la crisis.

Cómo está la “red de seguridad” de las familias

A través de diecisiete indicadores se ha medido la denominada “red de seguridad” de los hogares, es decir, su capacidad para afrontar situaciones adversas futuras, y se ha observado la evolución de estas condiciones desde el momento precrisis hasta nuestros días. Los resultados de la encuesta constatan que la mitad de las familias (50%) tienen hoy en día una “red de seguridad” que es peor que en la situación precrisis, mientras que para el 42% se mantendría igual y habría mejorado para el 7%.

Los aspectos que han empeorado en más de la mitad de los hogares son las capacidades de ahorrar (el 60% de los hogares viven sin tener nada ahorrado o con un nivel de ahorro tan pequeño que no le permitiría resistir sin tener ingresos más de uno o dos meses), de resistir una nueva crisis económica, de hacer frente a una reforma necesaria de su vivienda o de llegar a fin de mes.

En cuatro de cada diez hogares han empeorado también su capacidad para hacer frente a necesidades de salud no cubiertas por el sistema público, para pagar refuerzos educativos a los hijos, para afrontar el pago de recibos energéticos y para garantizar una estabilidad en el empleo de los miembros del hogar y unos ingresos estables. En ninguno de los 17 indicadores se supera el 10% de hogares que hayan experimentado una evolución positiva respecto del periodo precrisis.

Según el informe, este empeoramiento ha llevado a las familias a tomar una serie de decisiones durante los últimos años que las ubican en un diferente escenario a la hora de poder afrontar las contingencias actuales. Foessa divide en tres bloques las estrategias que han tomado las familias: reducción del consumo energético, aceptación de condiciones laborables poco deseables y reducción de gastos en el pago de la vivienda.

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