“Tuve una sensación que no sabía que existía: sentí envidia de una persona muerta”

Roberto Canessa sobrevivió al accidente aéreo de Los Andes en 1972 y ha impartido una conferencia de superación personal este miércoles en el Teatro EspañaDuero. “Cuando pensé que era la persona más desgraciada del mundo y que más no sé podía sufrir, esa noche cayó un alud y quedé enterrado vivo”

 “Tuve una sensación que no sabía que existía: sentí envidia de una persona muerta”
“Tuve una sensación que no sabía que existía: sentí envidia de una persona muerta”

EspañaDuero ha organizado un ciclo de conferencias con uno de los supervivientes del célebre accidente aéreo de los Andes de 1972, Roberto Canessa. Las conferencias sobre superación personal ante las adversidades, están dirigidas a empresarios y autónomos, y este miércoles han vivido su capítulo en el Teatro España Duero de Salamanca.

“Que se te caiga el avión quiere decir que te cambian todas las reglas del juego y tú tiene que transformar el problema en una oportunidad de sobrevivir. Gracias a Dios, en la vida no tienes situaciones tan difíciles dónde tienes que comer y dormir asediado por los aludes y la naturaleza. Creo que en una escala menor, todos tenemos nuestra propia cordillera para subir, así que en base a esa experiencia que yo tuve, cuento cuál fue mi fórmula por si alguna encuentra así la manera de trepar su montaña”, ha relatado.

Roberto Canessa era un joven uruguayo de 19 años estudiante de Medicina e integrante de un equipo de rugby que adquirió popularidad como uno de los 16 supervivientes de un accidente aéreo ocurrido el 13 de octubre de 1972. Después de estrellarse en la cordillera de los Andes, los viajeros que salieron con vida se las ingeniaron para esperar la llegada del grupo de rescate. Entre otras cosas tuvieron que romper algunos tabúes, cuando decidieron alimentarse con los cadáveres de las propias víctimas de ese siniestro. Todo ello generó un gran debate sobre los límites éticos del canibalismo en condiciones extremas.

“Yo pensé que era la persona más desgraciada del mundo y que más no sé podía sufrir. Esa noche cayó un alud y quedé enterrado vivo. Siempre se puede empeorar salvo cuando estás muerto. Dónde estamos tenemos muchas posibilidades de ser felices si somos conscientes de todo lo que tenemos. Tuve una sensación que no sabía que era posible en el alma humana que es tener envidia a una persona que estaba muerta. Yo miraba a mis amigos muertos y decía qué suerte tenéis que no sufrís más. Debe haber sido que yo fui peor persona y mi agonía tiene que ser más larga”, ha explicado.

En ese momento Canessa pensó que solo podía agarrarse a la vida. “La vida es una semilla caliente que está en el pecho y nos acompaña para hacernos sentir que siempre va a haber un mañana, que siempre hay esperanza y mientras no estás muerto, mañana te pueden rescatar”, augura.

Sin embargo, no cree que todo aquello valiera la pena, a pesar de tan tremendos aprendizajes. “Fue un precio demasiado alto. No le deseo a nadie estar dónde estábamos nosotros. Era el infierno. Dormíamos rodeados de los muertos, que eran nuestros amigos que no teníamos ni tierra ni fuerza para enterrarlos. Fue un suplicio, aunque tratamos de contarlo de una manera un poco más light y alegre porque creo además que es una actitud frente a la vida. En los momentos difíciles tener una actitud positiva y hasta reírnos de nuestra desgracia, nos ayuda a salir adelante. De Los Andes los que se salvaron fueron los que fueron capaces de mantener la sonrisa”.

Ahora es médico y toda su actividad laboral gira en torno a aquellas conclusiones. “Aprendí a ser el paciente. Sé lo que es estar muerto y lo que la muerte significa. Sé que la muerte no es tan terrible y que es un paso más de paz. A veces esos niños que están sangrando y les metemos tubos para tratar de salvarlos y en un momento se mueren, también es una sensación de que han llegado a la paz”.

El doctor, ni mucho menos, se considera un héroe. “La gente necesita leyendas, historias donde inspirarse, que les vean el alma y les levanten la vida. Yo soy mucho pero de lo que la gente me ve pero me alegro que les sirva a ellos. Cuando acabo una conferencia y me dicen que quieren abrazarme es muy lindo. Es un corazón que se abre a hablar con nosotros mismos. Pero ese es un problema de ellos, no mío. Es lo que a ellos se les genera. Yo separo mi vida de lo que es la admiración de la gente. Me miro todos los días al espejo y digo que por suerte soy el mismo tonto de siempre y que hace cuatro días se murió un paciente en la calle y si le hubiera dado antiarrítmicos o anticuagulantes estaría vivo, así que no te lo creas nunca”, finalizó.

En la actualidad Canessa, de 64 años, es un reconocido cardiólogo infantil que recorre el mundo impartiendo conferencias sobre su experiencia y los desafíos ante situaciones límite. Esta iniciativa, que lleva por título 'Tenía que sobrevivir', está dirigida especialmente a autónomos y empresarios, en línea con la filosofía de EspañaDuero de apoyo a este colectivo, que contribuye de forma decisiva a la evolución económica y social de la provincia.

EspañaDuero trabaja históricamente codo con codo con el sector empresarial castellano y leonés. La entidad apuesta por los emprendedores con facilidades de financiación y crédito, productos adaptados a sus necesidades y actividades específicas. En este marco se encuentra esta conferencia, que versará sobre cómo enfrentarse a situaciones límite y cómo salir adelante frente a los retos que la empresa puede encontrarse en una coyuntura económica adversa.

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído