La Feria de Teatro de Castilla y León, cuya decimosexta edición comenzaba el pasado martes y concluye el próximo sábado, 24 de agosto, ha propuesto esta tarde, en el marco de actividades paralelas un encuentro con Jesús Cimarro, director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida desde el pasado año. Junto al empresario y productor teatral, se encontraban en la mesa el director de la Feria de Teatro, Manuel González y Milagros Rodicio, directora de CEMART, Centro de las Artes Escénicas y de la Música de Extremadura.
 
El Palacio de Montarco de Ciudad Rodrigo acogía una reunión dirigida a profesionales en la que Cimarro repasó los modelos de gestión del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. “La reconversión del sector no la pueden hacer los políticos si no la propia industria”, declaraba Cimarro en un análisis sobre la situación del panorama escénico de nuestro país y, añadía, en cuanto al IVA, que “todo el mundo coincide en que fue un error esta subida tan abrupta que, por suerte, creemos que en breve puede haber buenas noticias y se acabará reduciendo”.  En este sentido, el empresario comentaba que “sería muy positivo para el sector porque, de no ser así, la Industria Teatral no aguantaría mucho más. Es imposible soportar un año más.”
 
“La Feria de Teatro de Castilla y León y el Festival de Mérida guardan muchas similitudes, sobre todo en el hecho de que están asociadas al territorio en el que se hacen. La relación ciudad, economía y cultura, fundamental a mi juicio, se dan en estos dos eventos de manera muy clara”, asentía Jesús Cimarro quien, en cuanto a los modelos de gestión de la cita escénica que dirige desde 2012, no dudaba en confesar “soy un apasionado de lo que hago y la gestión tiene que estar en continua evolución, reciclaje y reflexión. Un festival necesita una intensa reflexión de su pasado”.
 
Sobre las fórmulas mixtas de gestión, el productor teatral cree que “hay que subir un peldaño en la creatividad de la gestión. El soporte público carece de suficientes herramientas para sustentar el tejido teatral, ¿por qué no unir la gestión público y privada?” Y continuaba, “es hora de demostrar que podemos llegar a las metas fijadas en común. Preservar aquello que no es nuestro, sino que es de todos. La cultura es de todos, de los que la hacemos y los que la reciben.”
 
“Yo no soy propietario del festival de Mérida, soy un profesional que está gestionando el Festival. Si no lo hago bien me tienen que echar y pasar el relevo a otras gentes”, afirmaba Cimarro y, proseguía con su ponencia enlazando con el tema de los públicos, “reniego del artista que no le interesa el público. Minoritario o mayoritario nos tiene que preocupar, ellos son fundamentales”. A falta de unos días para que concluya la 59 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, su director concluía su participación en la Feria y hacía una breve valoración, “este año el festival va a duplicar la asistencia de público. La cultura no es un gasto, es una inversión, y cuanto más se gasta en cultura, mucho mejor”.

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