SALAMANCA24HORAS sigue viajando por la geografía salmantina al fin de conocer más los barrios de nuestra ciudad. Cómo eran, qué había, quiénes eran sus gentes… En un afán de rescatar los recuerdos que nos hacen llegar sus propios protagonistas, este domingo nos acercamos a la barriada que tiene como vía principal la vía del Paseo de Canalejas. Federico Gómez, vecino de la zona, recuerda en líneas generales el empedrado que daba vida (y aún lo sigue) al paso del ganado trashumante por la Cañada Real o a la cercanía de la muralla medieval.

 

Los primeros recuerdos que le vienen a Federico, según comenta a este diario, es la llamada Casa de los Locos. “En lo que hoy es la Facultad de Educación se asentaba el edificio de la Casa de los Locos, o el 112. Se llamaba y se conocía así por el número y era habitual que le dijeras a algún conocido que estaba para que lo llevaran al 112 en plan de broma”. También por otra parte, recuerda las pocas casas bajas que adornaban el entorno y que acogían a la gente de la Salamanca humilde que tenían su hogar en lo que era por entonces la circunvalación de la ciudad. “Hoy el Paseo ha quedado casi siendo el centro de la ciudad”, señala Gómez.
Por otra parte, la memoria de este vecino enseguida rescata un recuerdo de la composición de la vía. A parte del empedrado existía una gran curva pronunciada que fue escenario de accidentes, incluso mortales, según llega a comentar. En suma, la Fábrica de Brufau o el Colegio del Príncipe (hoy Padre Manjón). Especial mención también para el Monasterio de las Bernardas, que quedaría englobado por lo que hoy es el Colegio de Calasanz y cuya construcción comenzó en los años 50 para ser uno de los referentes en la educación salmantina. Y siguiendo hablando de educación, también en Canalejas se levantaba la Escuela de la Inmaculada o el Colegio de “Los Cagones”.

 

En cuanto a la vida comercial, Federico Gómez rescata el almacén de materiales de construcción de Criado, el almacén de maderas, la trapería o “La Carnecería de Manolito”. También el horno de repostería y un taller de baños y cromados. Incluso una herrería que hasta los años 70 ha dado servicio a los caballos y a las diligencias antiguamente según comenta. La Capilla de Evangelistas, no común para la época, también era otra de las distinciones a destacar de esta zona. “Hoy en día aquí no nos falta de nada. Las casas bajas han dado paso a grandes edificios y los vecinos disfrutamos de todo tipo de comodidades. Canalejas ha quedado en el centro aunque no hay que recorrerse media Salamanca para comprar lo que quieras. Tenemos al lado casi de todo”.
 
 

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