Desde hace muchos años, el laboratorio de Manuel Sánchez Malmierca en el Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL) de la Universidad de Salamanca investiga el procesamiento de estímulos novedosos en el sistema auditivo. Su objetivo es comprender qué ocurre en el cerebro para que los sonidos poco raros o sorprendentes, como el pitido de un coche, produzcan un efecto diferente que los sonidos habituales. La investigadora mexicana Yaneri Aguilar, que trabaja desde hace tres años en este equipo, está realizando algunas aportaciones significativas que podrían aplicarse para entender mejor ciertas patologías.
 
La clave de esta línea de investigación es comprender los mecanismos fisiológicos de este proceso, es decir, cómo participan en el procesamiento de la información acústica las moléculas que transmiten la información entre neuronas, los neurotransmisores, y las que modulan la liberación de los neurotransmisores, los neuromoduladores.
 
La información auditiva redundante es filtrada de forma muy diferente a los estímulos novedosos o poco frecuentes, que tienen un significado ambiental en la información que estamos recibiendo. “El pitido de un coche es un ejemplo de cómo un estímulo novedoso puede evocar una respuesta motora como girar la cabeza”, señala esta mañana la investigadora en declaraciones a DiCYT (www.dicyt.com) momentos antes de explicar su trabajo en un seminario de investigación. Este tipo de reacción es importante para la supervivencia de los animales e incluso de las personas en contextos de estímulos sensoriales, auditivos o visuales, muy complejos.
 
Acetilcolina
 
Mediante estudios con roedores en el laboratorio, el equipo del INCYL logró demostrar que núcleos subcorticales del cerebro como el colículo inferior y el tálamo auditivo, participan en el procesamiento de los sonidos novedosos. “Ahora estamos entrando más en el detalle de los mecanismos fisiológicos”, indica Yaneri Aguilar, que estudia la importancia de un neurotransmisor denominado acetilcolina. Esta sustancia, implicada en el aprendizaje, también afecta al procesamiento de los sonidos. “Estamos demostrando que la acetilcolina está afectando al procesamiento celular de la detección de novedad auditiva”, señala.
 
Este descubrimiento puede tener diversas implicaciones en el conocimiento de situaciones patológicas, ya que el neurotransmisor aparece alterado en enfermedades como la esquizofrenia. De hecho, en las personas que la sufren, los tiempos de reacción a estímulos son diferentes a lo habitual. Este trabajo en modelos animales se lleva a cabo mediante aproximaciones experimentales, con una parte electrofisiológica y otra histológica, comenta.
 
Tras cuatro años en España y uno en el INCYL, a largo plazo, “mi objetivo es tener un laboratorio que trabaje en modalidad sensorial”, afirma la investigadora, a quien le gustaría que dicho laboratorio estuviese en México. “Ahora tenemos las condiciones adecuadas para potenciar estas investigaciones, ya que el campo auditivo no es un área que se trabaje mucho en México y hay mucho potencial que explorar”, afirma.

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