Durante estos días las plazas y parques de Salamanca se llenan de congas, trenecitos y cánticos. Cualquier cosa con tal de llamar la atención y hacer que los últimos en llegar a la Universidad pasen su prueba de hacer el ridículo durante unas horas. Son las novatadas, una tradición que en ocasiones pasa de ser una inocente broma a un acto de violencia desmedida. La agresión de dos alumnos a otro por negarse a participar en una madrugada, propinándole una paliza que le dejó inconsciente, ha abierto el debate sobre si debe prohibirse esta tradición que se repite cada inicio de curso.

En YouTube son múltiples las muestras de novatadas que exceden la mera broma, como uno colgado hace un día en que un veterano golpea con un huevo la cara de un novato en la Plaza Mayor de Salamanca, un acto que provoca las risas de todos los presentes pero que en algunas ocasiones, sobrado de fuerza y en determinadas partes de la cara, ha producido daños. Así ocurrió el año pasado, cuando un joven resultó herido en el oído con un acto similar, al estamparle un huevo. También pueden percibirse imágenes como la que ilustra esta noticia, en la que una joven es obligada a portar un mensaje vejatorio.

Hay quienes consideran que esta tradición no debe perderse, pues no dejan de ser bromas sin ningún tipo de maldad, aunque siempre hay alguien que quiere excederse de la raya. Sin embargo, también están quienes consideran que las novatadas se han transformado en un botellón más, donde el alcohol es la nota predominante, derivando siempre en vandalismo y violencia. El debate está servido.

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