Tras una jornada de huelga general con protagonismo de los piquetes sindicales, por la tarde llegó el turno para los ciudadanos en la manifestación convocada a las siete de la tarde en la Plaza Mayor. Miles de personas se han dado cita en el ágora charra para recorrer las calles del centro de la capital del Tormes y culminar la protesta en la plaza de la Constitución, frente a la Subdelegación del Gobierno.
Cuando todavía no había salido de la Plaza Mayor la parte final de la comitiva, la cabecera ya iba por el hospital de la Santísima Trinidad tras pasar por el Campo de San Francisco, por lo que se calcula la participacion de varias decenas de miles de personas. Y es que ha llegado gente de toda la provincia, incluidos cientos de vecinos de la comarca de Vitigudino para reclamar la recuperación de las urgencias nocturnas en los consultorios médicos.
Los dirigentes provinciales de los sindicatos UGT y CCOO, Agustín Rodríguez y Emilio Pérez, han destacado el seguimiento masivo de la huelga durante la noche y la paralización de los sectores productivos, con un seguimiento general entre el 75 y 80 por ciento. Así, aseguran que los centros de trabajo de Salamanca permanecieron prácticamente parados durante la noche, con una amplia presencia ciudadana en la calle durante el mediodía.
Los sindicatos denuncian que el Gobierno abarata el despido mediante la reforma laboral y lo hace más fácil, más barato y más rápido. “Facilita el despido colectivo de los trabajadores de la Administración Pública e introduce los expedientes de regulación de empleo. Se da todo el poder al empresario, la flexibilidad interna facilita la movilidad, la modificación de la jornada, horario y salarios”, añadieron Agustín Rodríguez y Agustín Pérez.
Además, a su juicio fomentan las privatizaciones de los servicios públicos como el transporte, la sanidad, educación y comunicaciones, así como el repago farmacéutico y la paralización de la Ley de Dependencia. A lo que apostillaron que se reducen las prestaciones por desempleo, se eliminan subsidios y se reducen prestaciones desde el sexto mes, fomentando la precariedad de los jóvenes, “condenándolos al subempleo y al desempleo”.
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