Hace siete años, Maté vio las orejas al lobo al llegar a ser sancionado con tres años de inhabilitación por desobedecer la resolución dictada por el ya inexistente Comité de Disciplina Deportiva de Castilla y León, cuya desaparición fue precisamente lo que libró a Maté de ese castigo, ya que el organismo sustituto, el Tribunal del Deporte de Castilla y León, acabó determinando que el castigo no tenía “ni la más mínima fuerza ejecutiva, por ser inexistente el organismo que la efectuó”, ya que la resolución fue emitida cuando ya el CDD se había disuelto, aunque fuese la última decisión que tomó el mismo.
En concreto, la sanción de tres años de inhabilitación para el ejercicio de cargos federativos a Maté llegó tras reabrirse a finales de 2006 un proceso judicial que había prescrito y sancionaba al directivo por negarse a acatar ciertas órdenes sobre un equipo de la regional zamorana.
Por aquel entonces, Maté calificó de “persecución personal por parte de distintos miembros del Comité hacia mi persona y hacia la federación” todo el proceso, añadiendo que “teníamos la completa seguridad de que nuestras actuaciones se encontraban dentro del marco del derecho al que estamos obligados y al final, la justicia es lenta pero segura”. Curiosamente, es ahora a la justicia a la que no hace ni caso…
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