El benjamín C del Sporting Carbajosa es el claro ejemplo de formación. El equipo está formado por once chicos y una chica de los que, incluso, tres son prebenjamines. La temporada, por tanto, no está siendo fácil en cuanto a resultados pero sí en la progresión. El físico de los jóvenes futbolistas está siendo un hándicap a la hora de competir pero en el fútbol, como en la vida, se gana o se aprende.

Y el aprendizaje va viento en popa. Bien lo saben desde el cuerpo técnico que, de por sí, no evalúan los resultados sino la formación. Esto es un trabajo diario para conseguir un equipo cada vez más competitivo para futuros años. La trayectoria del conjunto va por este camino. Con goleadas al principio de temporada, han conseguido ajustarse para, incluso, sumar once puntos en lo que va de temporada.

El camino hasta esto no ha sido fácil pero en este benjamín del Sporting Carbajosa lo tenían claro desde el principio. El estilo no se ha cambiado y siempre se ha intentado que los chicos saquen el balón desde atrás para conseguir una formación plena en lo futbolístico. Siempre, eso sí, anteponiendo su diversión, que es la mejor manera de aprender. No dejan de ser niños y es importante que el fútbol sea un hobby pero también que saquen algo de ello. Para esto es imprescindible la exigencia de intentar mejorar día a día en la competición del fútbol base.

Ya lo decía Simeone, jugar a la pelota saben muchos pero no tantos jugar al fútbol. Y de esto se trata la formación en el fútbol base, que aprendan a comportarse como un equipo y esto se evaluará a final de temporada, quién ha mejorado en este aspecto. De ello saben muchos los entrenadores, ambos futbolistas anteriormente, y que están consiguiendo sus objetivos.

Tanto es así que a los entrenamientos acuden todos y hasta algún amigo más. Ahí es donde se refleja la combinación entre diversión y formación futbolística como la entrega en cada jugada y el respeto por todo lo que les rodea. Sobre estos valores es cómo se está preparando ya, también, la próxima temporada y en ello llevan ya una gran ventaja sobre otros porque en el fútbol se gana y se pierde y es igual de importante saber hacer ambas cosas.

De momento, en su tercer año de competición para algunos o segundo para otros, ya se van dando cuenta de que el equipo lo conforman doce jugadores y que cada uno tiene sus funciones. El delantero, el que hace los goles, no es más importante que el defensa que los evita aunque casi siempre se lleve los flashes de las cámaras. Y también saben que los chicos prebenjamines, con mayores problemas por la edad, son compañeros como ellos mismos y que deben tener minutos. La formación siempre es mejor en un ambiente agradable.

La plantilla está formada por Pablo y Jimena (porteros); Samuel, Javi, Naim, Daniel y Alejandro (defensas); Álvaro y Adrián (centrocampistas); Marcos Rivas, Diego y Marcos Sánchez (delanteros); Alberto y Rafa (entrenadores).

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