Alberto Fernández Medarde es uno de los jóvenes investigadores de los que dispone Salamanca. Perteneciente al Centro de Investigación del Cáncer, centra sus fuerzas desde hace años en mejorar la esperanza y la calidad de vida de los enfermos a través del estudio de la proteína Ras, cuya activación es parte importante de algunos de los tumores más agresivos como el de páncreas, colon o pulmón.

Esta proteína, que está presente en todos los humanos, es uno de los detonantes de, aproximadamente, el 30% de cánceres, mientras que en otros muchos también tiene su importancia. Su activación descontrolada supone que algo no va bien en el interior y su inhibición se torna en imprescindible. Esto, sin embargo, no es nada fácil dada su existencia más allá de la enfermedad. Su eliminación, por ello, es imposible.

El pequeño laboratorio al que pertenece Alberto Fernández se dedica a la investigación activa en animales knockout de Ras y sus activadores, otras proteínas como SOS y GFR, tema central actual. Estos estudios son publicados posteriormente en revistas científicas para generar ideas en otros investigadores que supongan avances en la materia.

Uno de estos avances son los fármacos que puedan tratar la activación de Ras. Cuenta Fernández Medarde que contra esta proteína es muy difícil actuar y, por ello, se hace esencial la investigación. Ya se probaron medicinas que no funcionaron debido a los múltiples efectos secundarios y, en la actualidad, existen numerosas estrategias centras en bloquear la activación de Ras o en los receptores de la mismas. Existe, por ejemplo, un virus que mata a las células con hiperactivación y unos anticuerpos específicos contra la actividad de la molécula Ras, aunque todo está por desarrollar.

SOS y GFR

Estas dos proteínas son activadores de Ras y, por tanto, provocadores en muchos casos de posibles cánceres. Sin embargo, una activación de la proteína Ras no siempre es sinónimo de tumor. El síndrome del desarrollo o problemas de visión también están vinculados a SOS y GFR, respectivamente.

En el segundo caso, de hecho, existe un proyecto entre el Centro de Investigación del Cáncer y La Fundación de la Lucha Contra la Ceguera para tratar la retinosis pigmentaria, una enfermedad degenerativa de la visión que puede llevar a la ceguera. El GFR también está implicado en la miopía y en el consumo de alcohol, entre otras cosas.

Pasado, presente y futuro

?La panacea no existe. No va a existir la píldora que cure el cáncer?. Tajante se muestra Alberto Fernández al respecto del cáncer aunque afirma, sin embargo, que sí se puede conseguir alargar y mejorar la vida tanto que, incluso, se podrá fallecer por otras causas.

El problema para la cura del cáncer es que no es una enfermedad, son varias, infinitas, y para tratarlo primero hay que saber cómo es. Los genes de cada persona se diferencian entre ellos y las mutaciones que sufren pueden ser múltiples. Ese conglomerado provoca que no se pueda dar un número para tipos de cánceres existentes. Por eso se vigila lo común de ellos para intentar cortar la mayor parte. En leucemias, por ejemplo, ya se ha conseguido triplicar la esperanza de vida y ahora se intenta con otros tumores mucho más agresivos y difíciles. El primer paso, como siempre, corresponde al propio paciente haciéndose las revisiones correspondientes ya que detectarlo a tiempo es esencial. Un tumor localizado puede eliminarse del todo en un alto porcentaje con tan solo cirugía, la metástasis, ya no.

Otros pasos corresponden a médicos, investigadores e instituciones. La financiación es una parte muy importante para llegar al objetivo. En este aspecto, Alberto Fernández se queja de la financiación que la Junta de Castilla y León aporta a la investigación contra el cáncer. Esta, aunque existente, es insuficiente. Cierto es que ya se puso mucho dinero en su creación pero hoy está infrautilizado. Afirma Fernández Medarde que una bajada en la financiación de un tercio como la acontecida entre los años 2009 y 2012 provoca que la inventiva forme parte de la investigación. Al no poder comprar nuevos aparatos, hay que arreglar los anteriores con la pérdida de tiempo que eso conlleva. También hace que si hay que hacerse, por ejemplo, con anticuerpos para tratar con animales knockout, estos deben ser seleccionados al no poder adquirir todos con el consiguiente problema obvio en la investigación.

Salamanca es, eso sí, un pequeño oasis en el desierto español. Salvo Madrid y Barcelona, por encima, la capital charra tiene poco que envidiar al resto de la península. Solo el dinero es el artífice de que gente muy válida como, por ejemplo, Jesús San Miguel, tengan que irse a otras zonas. Algo tan simple como hacer un máster, requisito ineludible para iniciar las investigaciones, se convierte en complicado debido al alto precio de mismo. En otros lugares, hospitales y centros financian a los mejores alumnos esta formación para después contar con ellos. El CIC no puede hacerlo.

Alberto Fernández, su laboratorio y todo el centro seguirán, sin embargo, a la cabeza de la lucha por mejorar en todo lo que esté en sus manos la calidad de vida de todos los que padezcan estas múltiples enfermedades aunadas en una sola. ?Todo es necesario en la lucha contra el cáncer. No te puedes saltar etapas?. 

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