No tuvo el premio de los tres puntos pero sí se reencontró consigo mismo. El nuevo Guijuelo de Jordi Fabregat recuperó sus mejores sensaciones a través del balón el pasado domingo en tierras vascas ante el Izarra.
De inicio, el entrenador apostó por un centro del campo formado por Carles Marc y Jorge Juliá para dar plena libertad a Gordillo y Manu Dimas. Jonxa ayudó en el trabajo en la medula y también trató de ser peligroso cerca del área.
El que más agradeció todas estas nuevas opciones en ataque fue Antonio Pino. El delantero marcó los dos tantos del Guijuelo y tuvo mayor presencia dentro del área rival.
Con Gordillo libre y apareciendo con peligro a la espalda de los centrocampistas rivales, Manu Dimas y Pino podían atacar el espacio y recibir en situaciones de gol.
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