España utilizó en la primera mitad en un par de ocasiones a Marta Xargay (muy sólida ante Serbia y en todo el torneo) en el poste bajo, situación ya empleada puntualmente a lo largo del campeonato. La base de España busca en el poste alto a Lyttle, que se abre un poco para recibir y ganar línea de pase para la mencionada Xargay. La catalana previamente se ha ido al poste bajo para ganar la posición y postear ante un rival sobre la cual tiene ventaja. La habilidad de la ‘gironina’ de espaldas al aro hace el resto. En la primera parte, dos veces jugó España está opción y dos veces acabó en canasta.
La gran salida de las españolas fue clave. Las últimas palabras de Mondelo en el banquillo antes del salto inicial parece que fueron más que motivantes para sus chicas: “No hay presión. Este es el partido de la ambición. Con las dos primeras carreras nos metemos en partido”. Unas sencillas frases que calaron muy hondo ya que Serbia tardó 5’30’’ en meter su primera canasta. El resultado fue un 10-0 y un posterior 19-4 determinantes. Nunca pudieron levantarse las serbias, que llegaron a perder de 23 a dos minutos del descanso. A diferencia que Turquía y la República Checa, en esta ocasión el rival ya no se levantó en la segunda mitad.
Enésima exhibición de una España que cuenta sus partidos por victorias: ocho de ocho. Serbia volvió a caer igual que en los últimos cinco compromisos. La intensidad, calidad y excelente química de las españolas han sido las bases que han llevado al equipo a disputar la tercera final de un Eurobasket en su historia (Oro en 1993 y Plata en 2007, en Italia). Será el domingo y ante el anfitrión, Francia. Las españolas, con una medalla y la clasificación para el próximo Mundial en el bolsillo, a hacer historia.
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