El teatro familiar regresó este domingo al Liceo con la obra La crónica del lobo, en la que aparecen los cuentos clásicos de siempre: Los siete cabritillos, Los tres cerditos y Caperucita roja. Pero esta vez quien los cuenta es un lobo, el último de su especie. Todos creen haber visto en su ventana esos ojos terroríficos, esas orejas, esa boca, esos dientes? Sin embargo nuestro héroe está en un pequeño bar, apoyado en la barra contando cuentos de lobos.

Entre cuento y cuento, e incluso interrumpiendo la escena en alguno de ellos, interviene el Lobo narrador. 

Sinopsis de la obra

El relato de El Lobo y los siete cabritillos es con marionetas de estilo naif y picasiano. Los fondos de las proyecciones nos muestran el interior de la casa de los cabritillos y el exterior donde se mueve el Lobo. La escena se desarrolla, sobre todo, dando una gran importancia al juego rítmico de las marionetas, como si todos los movimientos formaran parte de una composición musical. La historia acaba, en la proyección, con los cabritillos y su mamá dando vueltas alrededor del pozo y cantando la canción de ?El lobo ya se ahogó??.

En Los tres cerditos, las marionetas son más expresionistas y los fondos son de exterior. En este cuento la importancia recae en el juego escénico, en el movimiento y transformación de los objetos que conforman la escena, y también en los actores que encarnan personajes y se relacionan con las marionetas.

Con Caperucita Roja el tratamiento es totalmente diferente. El teatro de sombras, la luz y el ambiente creado por ella, las proyecciones de un bosque en continua mutación y el trabajo de la actriz encarnando a Caperucita serán el sustento del cuento. 

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