Salamanca perdió más de 5.500 habitantes durante el último año, como ya publicara ayer este periódico, en gran parte inmigrantes que decidieron cambiar de provincia o regresar a sus países de origen. Así lo refleja el padrón de 2013 publicado por el Instituto Nacional de Estadística, pues hay 1.745 extranjeros menos, al pasar de 17.831 a 16.086, con un importante descenso de rumanos y sudamericanos, afectados por la crisis del sector de la construcción. Es la primera vez que la provincia charra pierde población inmigrante en diecisiete años.

La población extranjera se había cuadruplicado durante la última década, pues en el año 2002 eran 4.867 los extranjeros empadronados en Salamanca. Pero los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran también que hay más de 7.000 inmigrantes que viven en la provincia charra sin estar empadronados, al comparar el padrón de 2013 con el del Censo de Población, que recoge 23.206 inmigrantes.

Si se mantuvieran en un futuro las actuales tendencias demográficas, la propia estructura de la población de Salamanca llevaría a un escenario de pérdida progresiva de habitantes en las próximas décadas. Así lo recogen las proyecciones de población publicadas este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2022 y para 2052 a largo plazo. La provincia charra perderá 24.000 habitantes en la próxima década, para quedarse en unos 318.000 habitantes, sobre todo menos niños y jóvenes, ganando mayores de 64 años. Una situación a la que se une un saldo migratorio negativo de 4.000 personas más que se irán de las que llegarán.

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