A pesar de la polémica que están desatando las novatadas, los estudiantes tienen una opinión muy formada acerca del tema. "Son esenciales para integrarse", aseguran. Aún hay quienes las entienden como algo humillante en muchos casos, pero las ven con buenos ojos siempre y cuando se hagan con mesura. La experiencia se vive en general como algo agobiante al principio, pero enseguida el recuerdo se transforma en una experiencia divertida que les ayuda a conocer gente y hacer amigos. "Es la mejor forma de conocer gente". Los estudiantes aplauden esta práctica, siempre y cuando no sea dura. 

Incluso los afectados que ya han vivido las primeras novatadas, hablan de ellas positivamente, como una forma de diversión que les ha ayudado a integrarse rápidamente. Los veteranos no parecen entenderlas tampoco como algo malicioso. "Yo he hecho novatadas y también me las hicieron en su día. Y ahora las hago y hay muy buen rollo con los de primero, me llevo muy bien", explica una joven. No cabe duda de que se trata de una peculiar tradición, cuya naturaleza depende mucho de la subjetividad y sensibilidad de cada persona.

Algunos aún las consideran humillantes en muchos casos, y admiten que lo han pasado mal, pero la gran mayoría les concede un valor fundamental y muy positivo. No obstante, rechazarían las que se hacen con exceso. En las residencias y Colegios Mayores las novatadas han adquirido una especial relevancia a lo largo de los años, y los universitarios no tienen ninguna intención de renunciar a ellas. El motivo es común: conocer gente, hacer amigos e integrarse, aunque al principio puedan asustar un poco; se trata de una opinión que comparten tanto los veteranos como los propios novatos.

 

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