El presidente de la Organización Salmantina de la Astronáutica y el Espacio, Óscar Martín, asegura que en lo que va de año ya ha localizado cuatro bolas de fuego en Salamanca. Quita hierro así al asunto de las últimas que han llegado a impactar en España durante el último año como la de Córdoba, espectacular por la cantidad de luz que produjo al entrar en contacto con la atmósfera. 

De hecho, no hay que irse muy atrás en el tiempo para comprobarlo. Por la zona de Vitigudino se pudo comprobar un bólido de estas características en febrero. Este tipo de sucesos ocurren de manera normal y continua en los cielos de todo el mundo. «Es un habitual. No se le presta tanta atención porque ocurre continuamente», afirma Óscar Martín.

Las bolas de fuego son, en realidad, estrellas fugaces algo más grandes, piedras de algún metro de diámetro que se forman desde los meteoritos. Estos bólidos son los que más cerca pasan de la superficie terrestre, hasta 50 kilómetros, y a lo largo del día pueden verse en numerosas ocasiones. Incluso algunos científicos hablan de millones sobrevolando los cielos. De ellas, «caen 50 en todo el planeta al día», afirma Óscar Martín, el presidente de OSAE. 

En 2008, incluso, cayó una sobre Béjar después de que un meteorito se estrellara contra la atmósfera. De hecho, el nombre que ha recibido el bólido es el de la propia localidad textil, en la que alcanzó su punto de máxima luminosidad. Esta bola de fuego procedía, como después se pudo saber, de las Ómicron Dracónidas que surgieron tras la desintegración de un cometa y que producen una lluvia de meteoros durante el verano. De hecho, esta bola de fuego cayó el 11 de julio. 

 

Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios

Lo más leído