¡Qué banquete el de esta tarde! Un banquete en el que se ha servido un manjar de vida, la de `Higuero`, una vida con la que Juan del Álamo se ha roto en el centro de una Glorieta inundada por la locura. Ni siquiera el viento pudo evitar que del Álamo, en un arrebato de entrega y buen hacer, llevara al toro hacia los medios para que éste se entregara al torero, y sus embestidas hicieron que poco a poco se fuera forjando lo que finalmente sería un atracón de toreo. El manjar que Justo había cocinado en su finca de Alaraz llegó al paladar de del Álamo, que lo masticó con derechazos interminables que presagiaban el delirio con el que terminaría la tarde. Se recreó en su manjar el salmantino, saboreando la codicia y transmisión del de Domingo Hernández, que no se cansaba de embestir. Tampoco se dio por vencido el torero, que no cesó de insistir hasta que no vio el pañuelo naranja en el palco, el naranja de la vida, la de `Higuero`, que volverá al campo para seguir viviendo, y ¡qué vida!

Otro de los manjares fue el toreo de Morante a la verónica a un toro que al principio no parecía tener demasiado interés en el capote del de la Puebla, pero seguro que `Bellota` no sabía la suavidad con la que Morante iba a tratarlo, toreando a pies juntos a la verónica. El toro empujó en el puyazo y tras él, en el ecuador de la tarde, Salamanca pudo saborear su toreo a la verónica, ¡qué sabor! Uno de los mejores manjares de la tarde, que terminó con una media que paró el reloj. Inicio con la mano en las tablas, como en los días grandes, el viento no soplaba, porque Morante estaba dispuesto a disfrutar y si disfruta él, disfrutamos todos, hasta el viento. Hundió media espada y cortó una oreja con petición de segunda, aunque leve. Nos costará digerir el plato que Morante tenía preparado con su capote. 

El Juli es un comensal experto, supo dejar los tiempos correctos y regaló buenos momentos sobre todo por el pitón derecho, la intención del diestro no pudo ser mejor y con su inteligencia se mostró solvente ante el quinto toro, que no permitió al torero gustarse plenamente, pero con tesón y tras matar de una estocada le cortó una oreja. La tarde ya iba en alza y en dirección al éxtasis pleno que regalarían del Álamo y el último toro. 

Morante probó al primer toro de la tarde, sin poder saborearlo y sin poder mostrarse confiado porque, no era aquel plato el que había pedido Morante y a la cuarta vez que el de la Puebla se tiró a matar, dejó una estocada.

El segundo de la tarde derribó al picador y poco pudo hacer Juli con `Clavel`, que no sirvió para quitar el frío de una tarde en la que sopló especialmente el viento, a pesar de ello, Juli demostró quién es, y que, aunque no fuera plato de buen gusto, lograría sacar un buen bocado, y fueron tres tandas con la derecha lo más destacado y tras una estocada recibió la ovación de Salamanca, que todavía no había probado nada del manjar que llenaría los estómagos de los aficionados de pasión al finalizar la tarde. 

Solo un tentempié fue la primera oreja de la tarde, en el tercer toro. Se estiró con el capote del Álamo con variedad y buen manejo. Galleó al paso por chicuelinas y con una rebolera muy torera dejó al toro en la jurisdicción del picador. Toreó en los medios a un toro noble y con la mano derecha dejó pasajes emocionantes. Ligando, el mirobrigense tiró del toro y logró muletazos vibrantes. A pesar de sufrir dos desarmes, del Álamo se mostró entregado y toreando bien por ambos pitones. Después de unas manoletinas y una estocada, recibió una oreja, un entrante para del Álamo en la tarde más importante para él en la plaza de su tierra. 

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