Aunque el último día de las fiestas de Castellanos se inició con una chocolatada matutina por cortesía de la peñas, las miradas y los pensamientos estaban puestos este domingo en la iglesia parroquial donde se celebró la misa en honor al Santísimo Cristo de las Batallas, a la que siguió la procesión en la que el pueblo ha vuelto a arropar la imagen de quien los protege durante el año.

Tras recorrer las calles del municipio, momento de disfrutar del refresco en el Centro Polivalente. La tarde se reserva para el deporte con una carrera popular para todas las categorías a partir de las 20 horas. Una vez recuperados del esfuerzo, deportistas y espectadores bailarán al ritmo de AZAHAR MÓVIL en lo que será el adiós definitivo a las fiestas patronales. 

Leyenda del Cristo de las Batallas

Cuenta la leyenda que había en La Armuña un cristo de gran advocación en toda la comarca. Había sido empleado durante los combates que los cristianos libraran contra los musulmanes al sur del río Duero. De ahí que se le conociera, al igual que muchos otros, como el Cristo de las Batallas, ubicado en una antigua ermita próxima al cementerio que en primavera subía en procesión hasta la iglesia de San Esteban para celebrarse la fiesta de ?las velas?.

Durante la Guerra de la Independencia, los franceses quisieron acabar con toda la memoria artística de la Península, pero sobre todo con aquellos símbolos de fe capaces de mover a las masas. Porque un pueblo, cuanto más apesadumbrado, más débil es. Por aquel entonces la creencia en milagros propiciados por los cristos surgían cual setas que brotan en su mejor temporada para llenar una cazuela hambrienta de deseos. Un rico guiso de fascinación con que llenar las hambrientas mentes. Pero un guiso que los franceses no querían que llegara a condimentarse.

Al escuchar la existencia de un cristo con una gran devoción, las tropas galas no dudaron en desplazarse hasta Castellanos de Moriscos para destruir no sólo la talla, sino cualquier vestigio que condujera a su recuerdo. Pero hasta oídos de un avezado pastor llegó la intención de los invasores. Raudo se dirigió hacia el pueblo para dar la voz de alarma, pero no halló a nadie. Todos estaban en el campo recolectando las deliciosas lentejas armuñesas. Había sido una campaña abundante y requería cuantas más manos mejor para sacar el mayor partido a la cosecha.

Al no encontrar ayuda, el pastor decidió adentrarse en la ermita y cargar con el cristo para ponerlo a buen recaudo. No fue tarea fácil, pues las dimensiones de la talla complicaban su traslado por una sola persona. Sin embargo, quiso el destino, o los propios cielos, que a escasos metros se hallara un carro con un burro para poder llevar al cristo a un lugar seguro, lejos de las tropas francesas, donde jamás lo encontrarían. 

Al llegar los soldados al pueblo no encontraron rastro alguno de la talla. Interrogaron a los lugareños, los amenazaron, incluso los torturaron, pero en sus ojos no había lugar para el engaño. Desconocían por completo el paradero del cristo. Y escondido permaneció hasta que los franceses fueron vencidos y expulsados de España. Entonces regresó a su lugar para ser venerado durante el mes de junio, pero lo que entonces era un motivo de fiesta para todo el pueblo se convirtió con el paso de las décadas en un estorbo incompatible con la labor de recolección de la lenteja. De ahí que se decidiera el traslado de la fiesta al segundo fin de semana de agosto, en que se venera al Cristo de las Batallas en Castellanos de Moriscos.

 

PROGRAMA FESTIVO DOMINGO, 14 AGOSTO
10 HORAS  

CHOCOLATADA

13 HORAS  

MISA

13:45 HORAS  

PROCESIÓN 

14:30 HORAS  

REFRESCO POPULAR

19 HORAS  

CARRERA  POPULAR

23:30 HORAS  

BAILE AZAHAR MÓVIL

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