Aunque las previsiones para los alérgicos al polen para esta primavera son realmente malas, todavía pueden darse las circunstancias meteorológicas para paliar esta situación. Y es que como explica el jefe del servicio de Alergias del Hospital Universitario de Salamanca, Ignacio Dávila, “Si llueve mucho en primavera barrería todos los pólenes y los días pico serían mucho menores y de menor intensidad“.

Sin embargo, y pese a mantener la esperanza en este sentido, las previsiones indican que este año se va a presentar “como el año pasado o peor, y eso quiere decir que el año pasado se doblaron los niveles de polen del anterior”. Según afirma Dávila, los estudios muestran que hay una correlación entre las lluvias de otoño, fundamentalmente durante la época de germinación de las gramíneas, y luego los niveles que existen en la primavera. “Este año ha sido muy pluvioso, como el año pasado e incluso más, por lo tanto se espera una primavera con niveles muy elevados de pólenes”.

 

Epidemia de finales del siglo XX y principios del XXI


Respecto a si ha aumentado en los últimos años la población que padece alergias, el jefe del servicio salmantino asegura que claramente “es la epidemia de finales del siglo XX y principios del siglo XXI. Las enfermedades alérgicas alcanzan ya del 15 al 40% de la población”, a lo que añade que “sensibilización a los pólenes puede haber entre un 15 y un 25% en todo el país y se calcula que unos 8 millones de personas pueden ser alérgicos en España“. En concreto en la provincia de Salamanca hay “entre 75.000 y 90.000 pacientes“.
 
Sintomatología
La sintomatología es muchas veces confusa ya que el principal problema es que se confunde con un catarro. “Tiene síntomas muy parecidos sobre todo la rinoconjuntivitis ya que la nariz reacciona de una forma muy similar”, afirma Dávila. Puede darse picor de nariz, plurito nasal, muchos estornudos y continuados, congestión nasal y en muchas ocasiones la famosa ‘agüilla‘ de nariz. Además, es muy frecuente que se acompañe de síntomas de conjuntivitis, básicamente picor de ojos, lagrimeo, enrojecimiento ocular y a veces en los niños se dan edemas en los párpados, sobre todo si se frotan mucho los ojos. Hay algunos que también asocian picor de oídos y picor del paladar. Por último los alérgicos pueden tener síntomas de vías respiratorias inferiores, fundamentalmente tos, que suele ser seca sin presencia de fiebre, opresión en el pecho y fatiga sobre todo por el esfuerzo y por la noche.

 

“Si dura más de una semana y se repite todas las primaveras es un diagnóstico fácil de hacer, luego hay que averiguar cuál es el alérgeno. En primavera suele ser muy fácil, pero es más difícil por ejemplo con las cupresáceas”, asegura el responsable de Alergias del Hospital.

 

La alergia al polen se puede manifestar por primera vez en personas de edad adulta que hasta ese momento no ha tenido sintomatología. “Normalmente empieza o en la infancia o en la adolescencia, es decir en gente joven hasta los 30 o 35, pero estamos viendo alergias respiratorias en pacientes cada vez de más edad que se manifiesta por primera vez”.

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