El pasado mes de agosto SALAMANCA24HORAS alertaba de cómo la escasez de recursos ha hecho proliferar una creciente solidaridad entre los ciudadanos, cualidad que hay quienes están sabiendo sacar un rendimiento económico. Los falsos indigentes proliferan por toda la ciudad y en épocas especiales como la Semana Santa aprovechan para llenar su particular cepillo, apelando a la caridad cristiana durante las procesiones para obtener los donativos de su ?jornada laboral?.

Salamanca es una ciudad eminentemente turísticas, más si cabe con una Semana Santa declarada como Fiesta de Interés Internacional. Pero este distintivo positivo de la ciudad trae consigo efectos colaterales indeseados. Las puertas de bancos, supermercados, tiendas y párkings subterráneos han sido sustituidas estos días por las entradas de las iglesias y las calles más turísticas para pedir limosna. 

La mayoría de estos falsos mendigos, entendiendo como tales a aquellas personas que las circunstancias de la vida les obligan a tener que pedir limosna en la calle, son mujeres de procedencia extranjera, en ocasiones hasta menores de edad. Así, pueden obtener hasta veinte euros al día, una cantidad que arrojaría una media mensual cercana al salario mínimo interprofesional de 645 euros y por encima de los 400 euros de subsidio para los parados que han perdido su prestación por desempleo. Al terminar, regresan a un domicilio que comparten con más personas en su misma situación.

 

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