El silencio, roto por la voz del general jefe del Mando de Ingenieros y la banda de música, presidió el acto reliogioso en el que se dio cumplida despedida a los miembros caídos de las Fuerzas Armadas durante los últimos tiempos. El homenaje, producido este miércoles en el cementerio de Salamanca, contó con la presencia de distintos representantes de los cuerpos uniformados, así como autoridades civiles. Fernando Rodríguez, teniente de alcalde, en representación del Ayuntamiento y Julián Barrera, diputado de Cultura, en representación de La Salina, entre otros.

El general jefe del Mando de Ingenieros, Ricardo Guillén Bayón, en posesión de la palabra, destacó la importancia de este sencillo acto para los cuerpos uniformados."En primer lugar, es justo recordatorio y homenaje a todos aquellos que nos han precedido en la labor de la defensa de la patria. Y me refiero a todos", aclaró.

Especialmente, según Bayón, a aquellos que desarrollaron su labor alejados de los focos y el reconocimiento. "Normalmente, todas las unidades tenemos nuestros héroes. Héroes que muchas veces llevan nombres de acuartelamientos, plazas o calles y que se les recuerda muy a menudo. Hoy se trata de recordar a estos militares que de una manera callada y austera dieron todo lo que tenían por la defensa de la patria", anunció.

De igual manera, quiso recalcar el peligro que conlleva formar parte de los cuerpos del Ejército, a modo de concienciación para la sociedad. "Nos tiene que servir como recordatorio de todos los riesgos que puede encerrar nuestra profesión. Una profesión que queremos mucho, pero que no tenemos que olvidar que lleva sus riesgos".

A continuación, tomó la palabra el sacerdote encargado de oficiar el acto y solicitó el descanso para los caídos y el recuerdo de sus obras. Después, la banda de música entonó una marcha militar y una corona engalanada con los colores de la bandera de España fue depositada en recuerdo de los compañeros homenajeados.

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