¿Cómo hacer que la economía en pareja sea un éxito?

Guía de consejos y claves para gestionar las finanzas eficazmente en función de la etapa de la relación sentimental
 

 ¿Cómo hacer que la economía en pareja sea un éxito?
¿Cómo hacer que la economía en pareja sea un éxito?

Elegir el régimen económico matrimonial es algo fundamental, sobre todo si uno de los dos miembros de la pareja tiene una empresa o un patrimonio importante. En el régimen de bienes gananciales, los cónyuges se reparten las ganancias, los beneficios y las deudas que contraiga cualquiera de los dos. Por tanto, si la empresa de uno de ellos debiera un dinero a un tercero, los dos miembros de la pareja tendrán que responder con su patrimonio. Por el contrario, en el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges tiene su patrimonio, con total independencia del otro.   

No obstante, incluso si se elige el régimen de bienes gananciales, hay cosas que siempre seguirán siendo de uno de los dos miembros de la pareja, tanto si las ha ganado antes de casarse como si lo ha hecho después. Es lo que se conoce como “bienes privativos”, un término que engloba a herencias, donaciones o, por ejemplo, lo que uno de los cónyuges comprara antes de casarse.      

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, si una pareja no manifiesta lo contrario, al casarse siempre se aplicará el régimen de bienes gananciales, salvo en Cataluña, Baleares y Valencia (donde se aplica la separación de bienes por defecto), o en Navarra, Aragón y País Vasco, que tienen regímenes propios con ciertas particularidades. Ahora bien, siempre que haya acuerdo entre las partes, el régimen económico matrimonial se puede modificar mediante las denominadas “capitulaciones matrimoniales”, que deben firmarse ante notario e inscribirse en el Registro Civil, por un precio aproximado de 60 euros.   

Realizar la declaración de la renta juntos o de manera individual 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas (IRPF) grava las ganancias individuales de cada contribuyente. Ahora bien, si una persona está casada o tiene hijos, podrá optar por hacer la declaración conjunta, pero tendrá que evaluar los pros y contras.   

Debido al sistema de reducciones que aplica Hacienda de forma individual o por unidad familiar, lo más frecuente es que, cuando los dos miembros del matrimonio trabajan, interese más la declaración individual. En cambio, si uno de ellos está en el paro o cobra un salario muy bajo, sería más conveniente hacerla de forma conjunta.   

Además, si el matrimonio está pagando una hipoteca (de una casa adquirida antes de 2013) también sería más interesante hacer la declaración de manera individual. De esta forma, ambos podrían beneficiarse de la deducción por inversión en vivienda habitual.   

Poner a mi pareja como cotitular de la cuenta de ahorro 

El dinero que un consumidor tenga en su cuenta bancaria está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), un organismo del que forman parte las entidades financieras y que permite respaldar los ahorros de cualquier cliente en caso de que un banco quiebre.   

La normativa establece que el FGD debe garantizar los depósitos del consumidor, hasta un máximo de 100.000 euros por entidad y titular. Esto quiere decir que, por ejemplo, si se dispone de una cuenta nómina con 3.000 euros y, además, un depósito, con 110.000 euros, en el caso de que la entidad quebrara, el FGD solo garantiza que se puedan recuperar 100.000 euros. Los 13.000 euros restantes se recuperarían dependiendo de cómo se gestione la quiebra de la entidad y de los pagos que ésta pueda afrontar.   

En caso de que el consumidor y su cónyuge figuraran como titulares de la cuenta y el depósito, el desenlace sería bastante distinto. En este caso, el FGD garantizaría 100.000 euros por cada uno de ellos, es decir, 200.000 euros. Por tanto, no habría problema en poder recuperar los 113.000 euros que, en total, tendrían en su entidad.   

Contratar una hipoteca solo o en pareja  

Cuando se analizan diferentes ofertas hipotecarias, es importante fijarse en el diferencial que aplicará el banco y en los requisitos y exigencias que impone la entidad para poder acceder a ellas. Además de contratar varios productos extra (como seguros o planes de pensiones), muchas entidades piden a sus futuros clientes unos ingresos mínimos que pueden llegar a ser inalcanzables para muchos ciudadanos u ofrecen un diferencial más bajo cuanto mayores sean los ingresos del titular o los titulares del préstamo.  

En este sentido, pedir la hipoteca solo o en pareja también será un factor a tener en cuenta. Por ejemplo, hay hipotecas con las que hay que disponer de unos ingresos mínimos, independientemente del número de titulares que vaya a tener el préstamo. En cambio, con otras, los ingresos mínimos que exigirá el banco varían en función del número de titulares.  

Mientras estás saliendo con tu pareja 

- Observa los hábitos financieros de tu pareja: además de analizar las virtudes o defectos de tu compañero/a a nivel personal, es importante que analices cómo se enfrenta a los problemas económicos y cómo gestiona y organiza sus finanzas personales. 

- Habla de tus sueños y objetivos con tu pareja: muchas de las cosas que querrás conseguir en la vida valen dinero y asegúrate de que los objetivos de tu pareja coinciden con los tuyos. 

Viviendo juntos

- No te mudes por fases: muchas personas comienzan dejando un cepillo de dientes en casa de su pareja y tardan meses hasta que terminan por irse a vivir definitivamente con él/ella.                                                                                                    Esto puede provocar ciertos malentendidos a la hora de saber quién corre con los gastos comunes y a partir de qué momento lo hace. 

- Realizad una correcta planificación financiera: el primer paso para gestionar correctamente vuestros gastos e ingresos es saber si tendréis todo vuestro dinero en una cuenta única o si preferís mantener vuestra independencia y tener una cuenta con la que se pagarán los gastos compartidos. Si optáis por esta segunda opción, es conveniente que esa segunda cuenta tenga tarjetas de débito gratuitas para que también podáis hacer pagos en comercios. 

- Antes de una posible boda: Si estáis pensando en boda, además de planificar los gastos con tiempo, comparar precios y recortar gastos superfluos, no os olvidéis de elegir el régimen económico matrimonial que más os conviene en función de vuestra situación laboral o del patrimonio que tengáis.  

Para los recién casados

- Utilizad bien el dinero de la boda: si la mayoría de la gente que asistió a vuestra boda os regaló dinero, es importante que lo que os haya quedado se utilice de la mejor forma posible. En este sentido, finiquitar posibles deudas puede ser una de las opciones más interesantes. En caso de no tenerlas, buscar productos de ahorro o de inversión es otra buena opción para sacar rendimiento a lo que obtuvisteis.  

- Decidid cómo realizar la declaración de la renta: una vez casados, es importante que analicéis si conviene realizar la declaración de la Renta de forma conjunta o si os resulta más interesante continuar haciéndolo de forma individual. Cuestiones como el salario de cada uno, si alguno de los miembros está en el paro o si se está pagando una hipoteca pueden ser decisivas.  

Comenzando una familia

- Pensado cómo cubriréis los nuevos gastos: con la llegada de un nuevo miembro a la familia, aumentan muchos gastos vinculados con su día a día pero, además, una vez termine la baja laboral de uno de los cónyuges, toca decidir cómo gestionar su cuidado: ¿preferís conservad vuestros trabajaos con la misma dedicación y pagar una guardería? ¿O resulta más económico que uno de los dos deje su trabajo (o reduzca su jornada) para encargarse de esta nueva tarea? 

- Si no lo tenéis, es hora de preparar el testamento: si aún no disponéis de un testamento, la llegada de un hijo es una buena ocasión para hacerlo y para dejar todo bien atado por si alguno de los dos falta en un momento dado. 

- Revisa tus prioridades: con la llegada de un bebé, es importante plantearse si hay que destinar una nueva partida para ahorrar con algún objetivo relacionado con su futuro. Por ejemplo ¿os gustaría que fuera a la Universidad? ¿O que pudiera realizar algún curso escolar en el extranjero? Si es así, es conveniente planificarlo cuanto antes y empezar a ahorrar con antelación.

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