La presa de Aldeadávila desembalsa estos días por coronación debido a la crecida del río Duero por la acumulación de las precipitaciones en forma de lluvia durante los últimos meses. Este hecho no volvía a producirse desde hace tres años. Ahora sí debido al aumento de los caudales circulantes en la zona baja, en las provincias de Zamora y Salamanca.

 

Como consecuencia de ello, los embalses del Bajo Duero, propiedad de la compañía eléctrica Iberdrola, desembalsan desde el Viernes Santo a media tarde. Es el caso de las presas de Villalcampo, Castro, Aldeadávila y Saucelle, que vierten por aliviaderos de superficie unos caudales máximos comprendidos entre 800 y 1.300 metros cúbicos por segundo.

 

El caso más espectacular es el del salto salmantino de Aldeadávila, la gigantesca obra de ingeniería que cuenta con 139,5 metros de altura en forma de herradura y que envía el agua a dos centrales subterráneas que generan una potencia de 1.139 megavatios, con una producción anual de 3.500 gigavatios hora.
Las vistas que habitualmente ofrece esta infraestructura son estos días más imponentes debido al desembalse por coronación, algo que no sucedía desde 2010, cuando entre el 3 de enero y el 8 de marzo fue necesario abrir las compuertas en varias ocasiones, con un vertido medio de 1.500 metros por segundo y un volumen total de agua durante los dos meses que alcanzó los 470 hectómetros cúbicos.
 

 

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