CESM asegura que tiene sobrados motivos de repulsa contra los efectos de la crisis económica y su gestión por parte de éste y anteriores gobiernos para superarla. "Estamos muy legitimados para protestar porque los médicos somos uno de los colectivos sociales sobre los que con mayor rigor (cabe hablar incluso de discriminación) está recayendo el peso de la crisis. Los drásticos recortes salariales y de otras condiciones laborales hablan por sí solos, pero creemos que la mejor manera de plantar cara a esta situación no pasa por hacer causa común con organizaciones sindicales que nunca se han caracterizado por valorar nuestros intereses profesionales, sino por la unión de los facultativos en nuestra propia defensa. Y en eso estamos".
Por eso, concluye: "Nuestras acciones siempre irán encaminadas a conseguir específicamente mejoras en el ejercicio de la labor profesional de los médicos españoles y garantizar con ello una mejor calidad de la asistencia sanitaria que reciben nuestros pacientes. Por lo demás, y como no puede ser de otra manera, CESM comprende que en uso de su autonomía deliberativa los afiliados adopten finalmente la decisión que le parezca más oportuna, pues no somos una organización totalitaria, sino exquisitamente respetuosa con los juicios de cada cual. Nos une la libre confluencia de miras, y no la imposición de criterios".
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