Solidaridad, familia, desconexión? Y en definitiva acogida. Estas son las palabras que brotan de las mujeres pertenecientes al grupo Maaoa de Salamanca Acoge, que ya lleva varios años fomentando la interculturalidad. De hecho, por ello surgió, como un espacio más personal en el que las mujeres pudieran relacionarse, hablar de sus problemas, de sus alegrías y de todo aquello que crean conveniente.

Son, en definitiva, y como ellas mismas dicen, una familia con todas las letras. Están llegadas desde diferentes partes del mundo y solo se ven una vez a la semana durante poco más de una hora pero es suficiente para olvidar por un momento la nomenclatura de inmigrantes y centrarse en la de ciudadanos. Nadie es diferente y todas tienen su hueco en un grupo que atraviesa cualquier tipo de frontera. No en vano el nombre de Maaoa llega del árabe. Acogida significa.

El éxito del grupo es irrefutable. Por allí han pasado y pasan mujeres de Bolivia, Perú, Ecuador, Marruecos, Taiwan, Bangladesh, Guinea Ecuatorial, Colombia? No es común que coincidan todas debido a trabajos y quehaceres pero el fondo es el mismo. Y llama la atención que, a pesar de las edades y la antigüedad dentro del grupo, todas las integrantes coincidan. Es un espacio de calor, de ideas respetadas, de circunstancias, de besos, de abrazos. Un lugar de desahogo y aprendizaje, de sentimientos y manualidades.

Y es que no todo se queda en la acogida. Las actividades que han realizado son múltiples y muy buenas. En la actualidad se encontraban realizando mandiles que venden a diez euros. Y tienen éxito. Quizás no tanto como el que quisieran pero lo tienen. Les faltan medios, eso sí. Apenas tienen dos máquinas de coser y toda la ilusión y el esfuerzo que su tiempo les deja. Piden un respaldo para dar rienda suelta a todas las ?cosas que tienen en la cabeza?, un empujón a su sueño, a su lucha.

Lo de coser es solo en lo que han desembocado, hasta el momento, muchas ideas que ya han aportado como talleres de biodanza el año pasado, realización de carteles, teatro de calle o los ya tradicionales rastrillos solidarios. También surgieron dos ideas que no han podido desarrollarse todavía como una pequeteca o un novedoso proyecto de cocina a domicilio en el que poder mostrar la gastronomía de cada una de las culturas que representan más allá de las paredes de Salamanca Acoge, donde ya han probado las diferentes delicias.

Detrás de ello sigue existiendo un sentimiento de diversión y compañerismo en un espacio en el que se respira el buen humor y la creatividad también a cargo de las más pequeñas, las hijas de las integrantes, que también aportan su grano con sus ocurrencias y carteles. Una muestra más de que no se trata de un grupo sino de una familia. Y como todas las familias, también piensan en las vacaciones juntas. Hablan de Marruecos y de una furgoneta pero lo importante nunca ha sido el lugar, sino la compañía.

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