La Junta compromete una inversión de más de 106 millones de euros “para hacer más competitivo y rentable el campo salmantino”

La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, presenta el Mapa de Infraestructuras Agrarias de la provincia, que plantea actuaciones en casi 55.000 hectáreas que beneficiarán a 1.230 explotaciones
 

 La Junta compromete una inversión de más de 106 millones de euros “para hacer más competitivo y rentable el campo salmantino”
La Junta compromete una inversión de más de 106 millones de euros “para hacer más competitivo y rentable el campo salmantino”

La consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, ha presentado esta mañana el Mapa de Infraestructuras Agrarias para el campo salmantino, que contará con una inversión superior a los 106,5 millones de euros, con el cual se planifican de manera ordenada y transparente las concentraciones parcelarias y sus infraestructuras rurales, la modernización de regadíos y los nuevos regadíos de 1.230 explotaciones, que suponen casi 55.000 hectáreas en la provincia.

La planificación 

A través del Mapa de Infraestructuras Agrarias se contemplan tres tipos de actuaciones en la provincia de Salamanca. Por un lado, las infraestructuras rurales, donde se invertirán casi 18,5 millones de euros para adecuar caminos y accesos en 47.729 hectáreas de las zonas de concentración parcelaria de Cerezal de Peñahorcada,

Villasbuenas, La Cabeza de Béjar, Sobradillo, Hinojosa de Duero, El Tejado, Vilvestre, Cilleros de la Bastida y La Bastida y Casablanca de Arriba, en las que se encuentran las ya finalizadas de Ahigal de los Aceiteros, Cantalpino, Bogajo, Narros de Matalayegua, Rinconada de la Sierra, Pereña de la Ribera y Navarredonda de la Rinconada.

Por otro lado, la modernización de regadío, para la que está prevista una inversión superior a los 4,1 millones de euros, y que se centrará en el Canal de Zorita, donde se mejorará la competitividad y la rentabilidad de 461 hectáreas. Con esta actuación, la provincia de Salamanca estaría modernizada al 96 %.

Y, por último, la conversión de nuevos regadíos, donde se llevará a cabo una de las mayores inversiones en este tipo de obras de toda la Comunidad: 84 millones de euros para transformar en regadío 6.719 hectáreas en La Armuña.

Un ambicioso plan

La Junta de Castilla y León pone a disposición del sector agrario y agroalimentario, estratégico en la Comunidad, las herramientas necesarias para hacerlo más competitivo en un mercado cada vez más globalizado. De este modo, la Consejería de Agricultura y Ganadería ha diseñado el nuevo Mapa de Infraestructuras Agrarias con tres objetivos claros: crear riqueza en el sistema agrario y agroalimentario y mejorar tanto el desarrollo socioeconómico como el medioambiental de las zonas rurales. El regadío y la concentración parcelaria han sido y siguen siendo uno de los pilares estratégicos del desarrollo rural y del equilibrio territorial. Un nuevo modelo de trabajo que contará con una inversión superior a los 610 millones de euros en la Comunidad.

El Mapa de Infraestructuras Agrarias presentado este viernes en Salamanca mejorará la productividad y la competitividad del sector agrario de la provincia “corrigiendo desequilibrios, especialmente en las zonas más desfavorecidas o con limitaciones; mejorando la rentabilidad de las explotaciones mediante un uso más eficiente de los medios de producción; diversificando las producciones y mejorando su calidad, con la finalidad de adecuarse a las necesidades de los mercados”.

Beneficios

Milagros Marcos puso de manifiesto que la medida mejorará también el nivel de vida de los agricultores al incrementarse la productividad, la competitividad y la renta agraria de sus explotaciones. Persigue, además, convertir el sector agrario en un sector atractivo para los jóvenes y mejorar el acceso de la mujer, así como potenciar el desarrollo de la industria agroalimentaria. 

La consejera destacó, además, que el número de incorporaciones de jóvenes en zonas modernizadas es un 40 % superior y la inversión privada de los agricultores es un 36 % mayor. Del mismo modo,  puso de manifiesto que esta planificación ordenada de las infraestructuras agrarias y la modernización y puesta en marcha de nuevos regadíos tiene beneficios ambientales como la mejora de la eficiencia del uso del agua -se reduce hasta un 20 % el consumo-; el ahorro energético; la reducción de la contaminación difusa en aguas subterráneas y superficiales en más del 30 %, lo que contribuye a la sostenibilidad de la actividad agraria y al ahorro de productos fitosanitarios -entre un 25 % y un 30 % en el abonado nitrogenado-; así como la disminución del consumo de fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero.

 

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