Los infantiles C del Hergar Camelot ya llevan dos jornadas en su nueva etapa. Han sido los más madrugadores después de que la Tercera División se haya confeccionado a última hora con 16 equipos. Esto ha condicionado al equipo ya que hasta última hora no sabía si iba a competir. 

Lo anterior ha provocado que, finalmente, se haya conseguido una plantilla corta para su primera temporada en fútbol 11, que, unido a problemas en la tramitación de las fichas, lesiones y algún sancionado, se haya tenido más dificultades de lo normal. De hecho, el conjunto ha comenzado con dos derrotas aunque con la ilusión intacta de cara a los siguientes partidos.

Eso sí, el equipo, que todavía se está construyendo, comenzará a funcionar aún mejor en el momento en el que todos los problemas se solucionen y la normalidad sea la tónica. Además, no hay que olvidar que este es un año muy complicado para todos los pequeños futbolistas. El paso de fútbol 7 a fútbol 11 siempre conlleva un periodo de adaptación y en ello están en el equipo. 

De momento, siguen en ese tiempo en el que están aprendiendo, más que nunca, a ocupar bien los espacios y a ganar en inteligencia futbolística para los futuros años. Además, no hay que olvidar que también comienzan una etapa más complicada en su vida personal con el instituto, algo que también influye y hay que cuidar en el fútbol base. 

Las carencias tácticas, y también físicas, las han acusado más este pasado fin de semana en el que jugaron en el Vicente del Bosque de Garrido, un campo mucho más grande que el Neme. De hecho, las dimensiones de este último hacen más idóneo este paso difícil en dimensiones y reglas de juego. 

En lo que respecta a la fina línea entre competición y formación, en el equipo tienen claro que es la última la que prima. "Nuestro fin es que los chicos sigan divirtiéndose en fútbol 11 como lo hacían años anteriores en fútbol 7", comenta César, uno de los entrenadores. 

Eso sí, cada año que pasa, la competición va ganando terreno a una formación que nunca deja de estar presente. Y el fútbol 11 parece el estímulo para enseñarles otros valores presentes del deporte de manera más exigente. El esfuerzo es imprescindible pero también lo es la madurez social y la diversión. Todo ello lo inculcan en este conjunto, que intenta enseñar que competición y formación pueden ser solo uno. 

Sumar tres puntos siempre es importante pero no más que el compañerismo, el respeto al rival y a los compañeros, el esfuerzo, la constancia o el aprender a ganar y perder. "Nuestra prioridad es formar a buenas personas por encima de todo". 

La plantilla está formada por Jesús (portero); Ricardo, Mario, Javi, Alberto y Hugo (defensas); Antonio, Nacho, Hugo, Martín y Fabio (centrocampistas); Miguel, Marcos, Álvaro y Sergio (delanteros). 

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