Los indicadores urbanos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística muestran un envejecimiento de la población y una tasa demográfica cada vez más negativa. Y es que cada vez mueren más personas de las que nacen.
En concreto, La tasa de mortalidad ha pasado de 9,9 a 10,7 por cada mil habitantes en la provincia de Salamanca durante los últimos cinco años, mientras que la de natalidad ha bajado de 7,8 a 7,7 tras registrar un esporádico repunte entre 2012 y 2013.
Entre enero y julio del año pasado, últimos datos oficiales, hubo 1.218 nacimientos, a una media de seis diarias, pero murieron 2.159 personas, lo que deja un crecimiento vegetativo negativo de 941 salmantinos. Así, mientras sigue habiendo menos habitantes, sobre todo en los pueblos del oeste de la provincia, la media de edad de los municipios se incrementa a pasos agigantados.
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