El Ayuntamiento de Salamanca ha ampliado hasta el 30 de marzo la exposición sobre el primer centenario del puente Enrique Estevan, que repasa su historia y valores patrimoniales a través de una selección de planos, fotografías y documentos desde la última década del siglo XIX hasta la actualidad.  Esta muestra, que permanece abierta desde el pasado 14 de febrero en el Museo de Historia de la Automoción y ha sido visitada ya desde su inauguración por más de 1.700 personas, tiene como objetivo no sólo celebrar el primer centenario de esta infraestructura, sino también dar a conocer su importancia y trascendencia en el desarrollo de la ciudad de Salamanca. 

Entre el material expuesto destacan 16 planos custodiados por el Archivo Histórico Provincial y el propio Ayuntamiento, de los que cuatro se han restaurado para la muestra. De estos planos once son del Enrique Estevan, uno del desaparecido puente de Salvatierra de Tormes, proyectado por el mismo ingeniero Saturnino Zufiaurre, y 4 de edificios contemporáneos a él realizados con el mismo material: Plaza de Toros, Mercado de Abastos y Casa Lis (dos). Se exponen, además, catorce fotografías antiguas de Venancio y Guzmán Gombau y Cándido Ansede, así como 5 actuales de Luis Carlos de Santiago Martín, con vistas insólitas y emblemáticas del puente. 

La exposición se completa con documentos, como tres reproducciones de prensa o del libro de actas municipales relacionado con el momento de su inauguración, que fue el 23 de octubre de 1913, y tres paneles explicativos alusivos a la historia del puente y a su contexto técnico-histórico. La muestra podrá verse, de forma gratuita, hasta el 30 de marzo en el Museo de Historia de la Automoción, de martes a domingo, de 10 a 14.00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

Historia del puente

El Puente Enrique Estevan, de más de 200 metros de longitud, está considerado como el bien más destacado de la arquitectura del hierro en Salamanca, tanto desde el punto de vista económico como estético. Además tiene un gran valor histórico-tecnológico por su carácter pionero en el empleo de un nuevo material, esta construcción renovó la imagen de la ciudad y propició otras transformaciones. El nuevo puente, cuyas obras comenzaron en 1902 y finalizaron once años después, requirió habilitar los enlaces con las carreteras que comunicaban la ciudad. La ribera izquierda era de un fácil engarce; en cambio, la derecha exigió una nueva vía urbana, la avenida del Puente Nuevo, que es la actual Reyes de España. 

Al mismo tiempo que surgió la idea del puente Enrique Estevan, se planteó la posibilidad de mejorar la conexión con las carreteras que partían del norte de la ciudad y se propuso, ya en 1895, abrir una nueva conexión que atravesase la ciudad y crease un eje visual. La nueva avenida, que es la actual Gran Vía, se prolongaría hasta alcanzar la ronda de circunvalación a la altura de La Alamedilla, con un trazado muy similar a la actual y con una anchura de 25 metros. 

Otros de los valores que atesora la obra civil es su pertenencia al patrimonio inmaterial de los ciudadanos, su gran arraigo y valor social para los salmantinos al haber constituido hasta una época muy reciente la única alternativa al Puente Romano, y su integridad, tanto en su concepción como en su funcionamiento.  Dados sus valores patrimoniales, el Ayuntamiento de Salamanca ha solicitado su declaración como Bien de Interés Cultural.

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