Finalmente no habrá pena para el padre que había sido acusado de violar a su hija por ella misma y la madre de esta. O.M.A., esas son las iniciales del acusado, habría abusado de su hija, S.M.S., cuando esta era todavía menor de edad por lo que la Fiscalía pedía una pena de diez años de cárcel en el juicio que tuvo lugar el 3 de noviembre de este mismo año en la Audiencia Provincial. q

Los sucesos, según se desprendió de la vista, se sucedieron desde septiembre de 2012 cuando progresivamente, según la testificación de la víctima, comenzaron unos abusos obligados por el padre. En un primer momento, la obligación era de verle masturbarse pero este hecho fue yendo a más hasta una presunta violación anal que tuvo lugar el 19 de marzo de 2013 cuando la madre de la denunciante tuvo que salir fuera de la provincia por un asunto familiar. Entre este periodo de tiempo también se produjeron tocamientos y felaciones llegando, incluso, el acusado a eyacular en la boca y la cara de su hija, según declaró la misma. 

Anteriormente a estos sucesos, ya en el verano de 2011, en unas vacaciones en la playa, el padre presuntamente le bajó las bragas, le realizó tocamientos en los pechos y le subió el bikini, hechos que niega el acusado y que la denunciante aseguró que, aunque contra su voluntad, se hicieron como una broma.

Según el presunto agresor, nada de lo anterior ha ocurrido y la denuncia se pudo tratar de una venganza de que pidiera el divorcio a la mujer en mayo de 2013, ya que la misma se produjo en agosto del mismo año. La defensa, de hecho, también quiso tomar en consideración la relación entre el padre y la hija en el momento en el que convivían en la misma casa, tirante debido a los estudios de S.M.S., que repitió dos veces, hasta que el padre le obligó a dejar los estudios a pesar de que ella no quisiera. O.M.A. llegó, incluso, a darle "algún tortazo" como toque de atención por los estudios.

Esto, sin embargo, dista mucho de la declaración de la denunciante y la propia madre de esta, que también interpuso una denuncia el mismo día que la hija por unos presuntos malos tratos anteriores y por la que fue absuelto el padre, que declararon que hubo incluso palizas por parte del padre como una que tuvo lugar en Valencia. La testificación, de hecho, afirmó que "en casa se hacía lo que él quería" y que cambiaba de humor continuamente sin razón. La denunciante afirmó que su padre nunca la había querido y la había humillado continuamente. 

Fue entonces cuando ocurrieron los hechos, según la acusación, ya que ella no estudiaba ni trabajaba y él se encontraba desempleado. Entonces, según la versión de la denunciante, casi todos los días de lunes a viernes había algún tipo de abuso. En alguna ocasión el presunto agresor llegó a grabar en el móvil a su hija desnuda, según la declaración, pese a que no se ha encontrado ninguna grabación al respecto. 

Sobre la venganza y la mala relación entre ambos a la que apelaba la defensa, la propia denunciante lo rebatió con sentirse liberada una vez que su padre se fue de casa, hecho que también reflejó en su declaración la psicóloga a la que tuvo que acudir durante más de un año. El resto de peritos, sin embargo, afirmaron que después de cuatro meses, tiempo que transcurrió hasta la obscultación, no vieron ningún síntoma o lesión física o psicológica en la presunta agredida que, según testificó, se lo contó a una amiga de la madre y a una amiga suya poco antes de denunciar sin que la propia madre llegue a saber todo lo que ha ocurrido. 

En su alegato final, Ministerio Fiscal y acusación mantuvieron la pena pedida en un inicio debido a que la declaración mantenida desde el inicio de los hechos se ha mantenido y la complejidad de probar los hechos en un ambiente familiar. Además, aseguraron que al ánimo de venganza que se pudiera tener se podría haber llevado de otra forma y no con la acusación de unos abusos sexuales en los que, además, se ha aportado un contexto y unas fechas.

La defensa, por su parte, pidió la absolución al considerar que no se ha probado que su cliente sea culpable. Según esta, las contradiciones provienen de la parte de la denunciante y los testigos ya que en las primeras declaraciones no se comentó que se lo había contado a la amiga de la madre. Hizo referencia, además, a que no hay ningún dato objetivo que inculpe a O.M.A. y que incluso los peritos afirman que no vieron nada extraño en la persona de la hija. "Todo son generalidades", concluyó.  

 

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