Ni las vacaciones de verano, ni el turismo son capaces de aplacar las bajas ventas del verano entre las tradicionales tiendas de regalos del centro de la ciudad. Así, los comerciantes han notado que sus ingresos se han visto reducidos mes tras mes y los meses de temporada alta de visitas no están paliando una situación que ya fue especialmente preocupante el verano pasado.
 
Según los propios comerciantes, “antes veías las calles llenas y ahora no llevan ni la mitad de gente, están vacías”. Teniendo en cuenta que Salamanca es una ciudad principalmente dedicada al sector turístico, está haciendo que los negocios estén teniendo grandes problemas para cuadrar las cuentas.
 
Si hay algo en lo que coinciden todos los entrevistados es que ahora la gente se lo piensa dos veces antes de comprar. “Normalmente entran, se van, vuelven y se lo vuelven a pensar”. Aún así, son los establecimientos de alimentación los que no ven peligrar tanto su negocio como los demás: se trata de la compra artículos pequeños, con precios generalmente bajos en los que nadie suele reparar: “De lo básico la gente no se priva y del capricho del niño tampoco”.
 
Por otra parte, las tiendas de recuerdos son las que más insisten en esta disminución ya no sólo de clientes, si no de ventas: "Antes venían los clientes y compraban para todos, sin pensar, pero ahora vienen con un límite de precio establecido, y se compra lo justo". Todo ello pese a que se bajan los precios, se realizan agresivas ofertas y promociones, pero toda cualquier estrategia es insuficiente para paliar una bajada tan brusca de las ventas.

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