El motivo principal de la campaña organizada por la DGT es la incidencia negativa que tiene la velocidad inadecuada en la seguridad vial, no sólo porque ocasiona gran número de accidentes mortales sino por su incidencia sobre el medio ambiente, la calidad de vida y el consumo de combustible. Se trata de conseguir que la velocidad sea considerada socialmente incompatible con la seguridad vial a semejanza del alcohol o no utilizar el cinturón o el casco.
Conducir a la velocidad adecuada podría evitar prácticamente una cuarta parte de los muertos en accidentes de circulación, según las estadísticas de la DGT. En zonas urbanas, la velocidad es igualmente determinante por cuanto aumenta considerablemente el riesgo de muerte de un peatón tras ser atropellado.
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