Un gris Salmantino no puede con el Cristo Atlético

El salmantino Víctor Abajo anotó el tanto con el que los palentinos tumbaron a un Salmantino que fue de más a menos. Tras un comienzo de empuje en el que Valentín pudo anotar algún tanto, el Cristo Atlético fue el que se creció al contragolpe para acabar venciendo el partido. Calderé sigue sin ganar en el Helmántico como entrenador del Salmantino y la afición despidió al equipo con pitidos y gritos de fuera

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Se enfrentaba el Salmantino al Cristo Atlético buscando algo más que tres puntos, aunque finalmente no pudo llevarse ninguno. Los palentinos ahondaron en la pequeña crisis de los blanquinegros en casa, donde Calderé todavía no ha conocido la victoria, que tampoco pudieron sumar su segunda victoria consecutiva tras la cosechada en Tordesillas. Los visitantes se mostraron como un equipo rocoso y alegre arriba, a pesar de llegar con alguna baja importante, sobre todo en el centro de la zaga.

De hecho, no tardó ni veinte segundos en avisar el Salmantino tras un fallo defensivo. Valentín se encontró con un balón dentro del área y su intento de regate sobre el defensa lo adivinó para desbaratar la jugada de peligro. Este aviso fue un preludio de unos primeros minutos intensos y de ocasiones. Solo tres minutos después, el visitante Álvaro lo intentó con un remate desde dentro del área tras un centro desde la derecha ante el que respondió bien Rodri.

Hasta el diez hubo otras dos ocasiones, otra vez una por equipo aunque fue la de los palentinos la más clara. Tras una buena jugada al primer toque el balón le llegó a Víctor Abajo en segunda línea y su disparo salió lamiendo el larguero.

Era el Salmantino, eso sí, quien quería tener más el balón ante un Cristo Atlético con las ideas muy claras a la contra. De hecho, eran los ataques los que parecían superar a las defensas y las aproximaciones acababan convirtiéndose en ocasiones. Por los blanquinegros, era Valentín el más incisivo arriba, siempre buscando el fallo de los centrales, que se producían, aunque no sabiendo batir al portero.

Hasta en dos ocasiones más pudo hacerlo en la primera parte. La primera, en el doce, cuando luchó un balón que le acabó dejando franco Kaka, aunque algo escorado. Guille supo tapar y desbaratar la ocasión, así como después sacar una buena mano a un disparo de Saúl Villalobos en el córner. Nueve minutos después tuvo otra en la que Guille volvió a estar más acertado.

Lo cierto es que esta ocasión fue una de las últimas de la primera parte. A estos primeros veinte minutos eléctricos, le siguieron otros 25 en el que el balón no estaba tan controlado y no se llegaba con claridad a las áreas salvo con disparos lejanos. Muchas imprecisiones y resbalones en el campo apenas lo permitían por lo que se acabó llegando en tablas al descanso.

En la segunda parte, los primeros minutos fueron para el Cristo Atlético. No en vano, Mikel tuvo una ocasión inmejorable a los cuatro de la reanudación tras una gran jugada por el centro aunque no supo acertar. La presión de ambos equipos hacía muy difícil el juego y los balones largos iban en aumento.

Ante esta situación, Calderé decidió cambiar algo en la alineación. Martín Galván y Miguel Ángel salieron en lugar de Diego Franco y Valentín buscando más control en el centro del campo y más profundidad. De hecho, se varió el dibujo quedando como hombres más adelantados Garban y el recién salido Diego Franco.

Sin embargo, lejos de encontrar soluciones, el partido continuó de la misma manera. La presión del Cristo Atlético le hacía casi imposible al Salmantino jugar y los palentinos mataban a la contra. Con una idea clara de progresión, le creaba mucho peligro a Rodri. Pasado el quince, de hecho, Adrián tuvo una casi inmejorable pero cruzó demasiado el balón en el mano a mano ante el cancerbero.

Ante la tesitura, Calderé volvió a cambiar el dibujo con la entrada de Íker Zárate y sentando a Caramelo, de manera que Garban volvía a la banda. Antes de que pudiera comprobarse si el nuevo planteamiento iba a funcionar, Víctor Abajo, que ya avisó en la primera parte, sí pudo batir a Rodri con un disparo raso desde fuera del área que suponía el primero de la tarde, merecido para lo visto hasta entonces.

A pesar de que aún restaban casi veinte minutos por delante, el Salmantino no mostró las ideas suficientes si quiera para inquietar la portería rival. El Cristo Atlético se mostraba cómodo sobre el terreno de juego teniendo, incluso, el balón y estando más cerca de la portería rival de lo que el Salmantino podía. La entrada de Zárate, de hecho, sirvió para buscar simplemente eso, el balón largo a su cabeza y el balón parado.

Ambas cosas se aliaron en el 43 cuando un balón largo de Rodri acabó en falta a Zárate. El golpeo de Martín Galván le llegó a la cabeza a Tejedor y su remate estuvo cerca de suponer el empate. Acabó golpeando el larguero por arriba en la penúltima que tuvieron los locales para poder buscar un empate que también pudo conseguirlo Juanan en otro balón parado que también golpeó en el palo. No llegó y dejó a la afición descontenta, despidiendo al equipo con pitidos y gritos de fuera. 

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