Es el alma mater de la Matanza Típica de Guijuelo y vive estos días con tristeza debido a la entrada en vigor de la nueva normativa autonómica que impide sacrificar a los cerdos frente al público antes de su despiece. Con esta medida, aplicada por vez primera el pasado fin de semana en la capital chacinera de Salamanca, a juicio de Jesús Merino se pierde “uno de los grandes atractivos” de la Matanza.
Merino considera que toda regla ha de tener su excepción y asegura que va a luchar porque l nueva Ley permita mantener viva la tradición del sacrificio del cerdo con todos sus rituales en lugares como Guijuelo donde, desde hace 32 años, la gente se da cita por miles para revivir uno de los ritos más característicos de la España rural y que, a su vez, sirve para rendir homenaje a la industria chacinera “convertida en un motor de la economía de nuestro país”, reivindica Merino.
A pesar de este contratiempo Jesús Merino no piensa en tirar la toalla “porque lo construido en estas más de tres décadas en torno a un producto que también es base de la alimentación de aquellos que han hecho esta norma es mucho más importante”. Guijuelo seguirá siendo punto de encuentro para gente conocida y epicentro de un turismo jamonero que, de momento, ha silenciado el quejido de un animal “que, se haga como se haga, sufre igual porque nace para morir y alimentarnos”. Habrá que ver si solo es algo transitorio o se ha perdido para siempre.
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