Vanessa Monfort: “No hay que cumplir las expectativas de una sociedad que parece que te ha regalado todo”

La novelista presenta hoy en Salamanca su último trabajo, ‘Mujeres que compran flores’, un libro que presenta cinco prototipos femeninos retratados con astucia, ingenio y mucho humor

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Vanessa Monfort presenta hoy en Santos Ochoa su último trabajo, ‘Mujeres que compran flores’, un libro que presenta cinco prototipos femeninos retratados con astucia, ingenio y mucho humor y que ya alcanza su decimosexta edición.

La novelista habla para SALAMANCA24HORAS de cómo el libro refleja uno de los mayores problemas de las mujeres de hoy en día, que no es otro que cumplir las expectativas que la sociedad les marca, muy por encima de aquellas que se le otorgan a los hombres.

-¿Qué podemos encontrar en ‘Mujeres que compran flores’?

-El libro es una historia de amistad de mujeres que hacen cadena y que han decidido dar un volantazo definitivo hacia la independencia y hacia la calidad de vida. Ese sería el típico resumen. Más allá de eso, he cogido historias del natural durante los últimos tres años sobre en qué momento se encuentra la mujer contemporánea en occidente, que vive un momento de cambio. Es eso filtrado con humor. Una buena definición sería que es un libro bello pero con espina es una buena definición. Contado con humor y poesía. Un libro realista.

-¿Vive la sociedad una revolución de las mujeres?

-Muchas veces me preguntan si mi novela anuncia una revolución feminista. Y no es una revolución feminista, sino femenina. Mi generación, mujeres de entre 35 y 45 años, somos herederas de las mujeres feministas. En la práctica tenemos un sueño feminista, pero nos hemos dado cuenta de lo difícil que es llevar una vida satisfactoria, en lo personal y en lo profesional. Eso nos provoca un estrés vital importante, porque tenemos una gran presión por pagar el peaje de los derechos que hemos adquirido. Tenemos que ser perfectas, triunfar en el mundo laboral y llevar una vida satisfactoria también como madre, cuando te sientes culpable por no tener más tiempo.

-¿Y de quién es la culpa?

-Te sientes como presionada. Nos tomamos la vida demasiado en serio, y eso nos afecta a nosotras y a nuestros compañeros. Pero no le echo la culpa al hombre, sino que tiene que ser la sociedad quien tiene que dar dos pasos hacia adelante y satisfacer a la nueva mujer.

­-Hay dos tipos de mujeres hoy en día según tu novela.

-Sí, totalmente. Hay dos polos bastante opuestos. Una que viene del pasado y persiste en el ‘Síndrome del copiloto’, que se ha dedicado más a los sueños de otras personas que a los suyos. No presenta sueños propios. Lo contrario es la mujer ‘superwoman’, en la que nos encontramos la mayoría de mujeres de mi generación, pero que vivimos con la presión de cumplir las expectativas que se esperan de nosotros y de aprovechar los sueños dados.

-¿Y cómo se sale de esa problemática?

-Si se tiene menos tiempo, hay que dedicarlo a la vida personal. Es muy importante la conciliación de la vida misma, y no hay que cumplir las expectativas de una sociedad que parece que te ha regalado todo. Porque si lo vives de una manera que intentas cumplir todas esas expectativas que se tienen en ti, comienza a aumentar tu presión, y más si la pones en tu vida profesional. Yo he vivido un poco bajo esa presión.

-Eres periodista de formación. ¿Somos los medios de comunicación responsables de que la sociedad no avance?

-No podría echarle la culpa a los medios de comunicación. A la publicidad en algunos casos sí, porque vivimos en una sociedad de imágenes, ficticia. Mi generación sufrió una epidemia de anorexia, es uno de los regalos que vivimos las mujeres de mi edad. Parece que tienes que tener un hijo y luego tener la talla 36 después de parir. No podemos ni envejecer, y lo normal es que si estás trabajando y cuidando a tus hijos te salgan canas y arrugas. Pero no, los medios ayudan a poner una lupa sobre todos estos problemas, al igual que la literatura desde otro punto de vista.

-¿La novela sirve para resolver el problema?

-Sirve para apuntar el problema, tiene una base de psicoanálisis. Vamos por la decimosexta edición, y no es un milagro, es algo surrealista. Y es que no lo leen sólo mujeres, sino también hombres. Falta calidad de vida y conciencia hacia donde vamos, es difícil encontrarnos en el mundo. La mujer ha cambiado, y los roles de esta también. Se avanza, pero en momentos igual se necesita dar un paso más. Este es el momento de tomar decisiones, y no solamente sobre el papel, sino en cuanto a la organización de la sociedad y de las familias. Es una cuestión más social que política.

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