Un gol del mexicano Martín Galván decantó el primer derbi de la historia entre Salmantino y Unionistas. Los locales se llevaron los tres y se queda a dos del liderato. El Helmántico, con cerca de diez mil espectadores, vivió un auténtico ambiente de fútbol.
Los primeros minutos fueron timoratos (a pesar de que el Galván se topó con el palo) pero, pasado el cuarto de hora, el Salmantino se activó. Se activó por Amaro y Garban, sobre todo este último. El extremo charro avisó a Molina con un chut desde la frontal que salió lamiendo el palo. Tres minutos después, llegó el tanto local. Galván levantó la pelota sobre la barrera de Unionistas y alojó el esférico en la red de Molina. Éxtasis en la grada local, desolación en la visitante.
Los visitantes tenían el balón pero no tenían productividad ninguna. Juanan y Miguel Ángel sabían cortar y mandar en el medio ante un Unionistas que no tiró entre los palos en la primera mitad. Sus hombres de ataque, inéditos.
Al descanso se llegó con ventaja local. Aunque el goleador hasta entonces, Galván, se retiró un minuto antes del final del primer tiempo y fue sustituido por Caramelo.
La segunda mitad fue completamente opuesta. Unionistas tuvo el balón y las ocasiones pero el Salmantino aguantó. Y cómo aguantó. Nada más iniciarse la segunda mitad, Rodri salvó el 1-1 en un paradón a bocajarro ante Isaac.
Poco después, fue Javi Navas y, más tarde Flórez, probaron a Rodri. Pero el meta del Salmantino estuvo sobrio, como su defensa, como todo su equipo que se defendió con uñas y dientes replegado en su campo.
Juanan, exhausto tras un gran esfuerzo, tuvo que ser sustituido. Por entonces, tan solo Caramelo era el único peligro del Salmantino. Unionistas, volcado en campo rival, tuvo tres referencias al final con Óskar, Isaac y De la Nava. Pero no llegó al gol. Cristo lo tuvo en un disparo en la frontal a uno para el descuento.
Pero la victoria se quedaría en casa. El final del partido hizo que la afición local explotase de júbilo y la visitante, a pesar de la derrota, también ovacionó a los suyos durante varios minutos depués del pitido final.
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