No se trata solo del movimiento sino también del sonido de las monedas que chocan al contonearse las cinturas al ritmo de la música. La danza del vientre, y sus famosos pañuelos de monedas, atrapan a todos los sentidos y causa, cuanto menos, curiosidad en aquellos que nunca han visto un espectáculo así en directo. Esa era al menos la sensación del público que esta tarde-noche se sentaba en las butacas del Teatro del Centro Cultural para disfrutar de la actuación de las alumnas y profesora de esta disciplina, que ponían fina las muestras que comenzaron a principios de mes.
El espectáculo comenzaba con una colaboración del Grupo Mystic Juniors que con alumnas de Béjar hacía que resonaran los primeros aplausos. Aplausos que se repetían con la actuación de Mystic Proyect. La actuación continuaba con una pieza que en solitario bailaba la profesora Astrid Beltrocco en la que el velo se convertía en un imprescindible.
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