“En el País Vasco era enterrar y enterrar y esperar a que no te tocara”

El jefe de la UCO fue anteriormente conocido por su lucha contra ETA. De hecho, lideró la liberación de Ortega Lara y detuvo a varios etarras durante los muchos años de terror que dejaron en el país, especialmente en Euskadi. Relata esta historia y la lucha en un libro que presentará el próximo miércoles en el teatro EspañaDuero

 Manuel Sánchez Corbí
Manuel Sánchez Corbí

El coronel jefe de la UCO, Manuel Sánchez Corbí, ha sido, además, a lo largo de su historia en el Cuerpo, un estilete contra la banda terrorista ETA, que el pasado 20 de octubre de 2011 anunció el cese definitivo de su actividad armada. Atrás dejaban un reguero de sangre en forma de más de 800 personas asesinadas, entre ellas una gran parte de agentes de la Guardia Civil, quienes más sufrieron, y no necesariamente con muerte, los atentados, el miedo y la lucha. En definitiva, la ‘Sangre, sudor y paz’, un libro que ha escrito conjuntamente con Lorenzo Silva y Gonzalo Araluce, y que presentará el próximo 10 de enero en el Teatro EspañaDuero desde las 19:30 horas.


- Vayamos cronológicamente. Primero nace Ekin en el 59. ¿Qué cambia en menos de diez años para que Ekin acabe convirtiéndose en ETA?

Se pasa muy rápido de Ekin a ETA. De la ETA de hacer el tonto al ETA matar, diez años. Una década fue lo que le costó madurar para empezar. Al principio tiraban octavillas o cortaban la emisión del rosario pero eso va madurando. El terrorista se va haciendo. Es un proceso lógico de maduración que cada vez se va atreviendo a un poco más. Y de ahí se pasa al asesinato.


- ¿Cómo de diferente pudiera haber sido la historia si Etxebarrieta no aprieta el gatillo en el primer asesinato?

Nada. A los pocos meses, llegó el primer atentado premeditado, el de Melitón Manzanas. No hubiera pasado nada diferente.


- A partir de ahí, ETA gana adeptos entre la sociedad vasca en base a un discurso ficticio de antifranquismo.

Lo utilizaron bien. Los partidos políticos, entonces, me consta que coqueteaban y apoyaban a ETA. Era el bastión antifranquista. Todo el mundo le apoyaba en eso.


- ¿Cómo se explica también que una organización, una banda terrorista, en este caso ETA, sobreviva con tanto ‘volantazo’ ideológico y escisiones?

Al final siempre acaban saliendo adelante los más duros. Van pegando bandazos pero los que perduran siempre son los más duros.


- ¿Y quiénes han sido los más duros para la Guardia Civil?

Casualmente han sido los franceses. El comando Parot, el comando Argala, que fueron arrestados a la entrada de Sevilla. Causaron 40 muertos. No se detuvo por casualidad. La Guardia Civil estaba preparada.


- ¿Por qué fueron los más duros?

Actuaban poco, de manera que sorprendía. No eran el comando que más actuaba. Pensaban e ideaban mucho los atentados. Pero de cara a 1992, que era un año importante por la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, tenían que forzar la máquina y ahí se cometen más errores con una Guardia Civil ya más preparada.


- Volvamos a esa formación de la ideología. ¿Cómo no se le resta credibilidad una vez que su propio discurso queda dinamitado con el atentado en la cafetería Rolando donde fallecen en su totalidad civiles?

Toda banda terrorista en sus inicios es torpe y ahí le faltó información. El bar no estaba lleno de policías. Había de todo.


- Y a partir de ahí una escisión. Los milis por un lado y los polimilis por otro. ¿En ese momento se sabía que al final los más radicales serían los milis?

No se conocía nada. No se estaba preparado para nada y, como dije, los más violentos son los que acaban siendo los que llevan a los demás.


- Lo cierto es que tras esto, la infiltración de ‘El Lobo’, que debilita a los polimilis, muere Franco y ETA sigue matando. ¿Ya era una declaración de intenciones de que lo del antifranquismo no era tal?

Ahí tienen que cambiar el chip. Luego llegan las elecciones, hay una amnistía… Si de verdad hubiera sido antifranquista, hubieran dejado las armas pero llegaron los años de plomo.


- Efectivamente. ¿Qué explicación se le puede dar?

Creo que se creían muy fuertes y que la democracia se le quedaba pequeña. Era el momento de que ellos, que estaban fuertes, podían arrancarle un montón de cosas a esta democracia, como la propia independencia. Pensaron que la democracia acababa de nacer y ellos sumaron muertos para ganar fuerza.


- A posteriori, y habiendo estudiado los discursos de aquella época, ¿la amnistía estuvo bien hecha? ¿Qué supuso para la moral de la Guardia Civil?

Era algo bien intencionado. Integró a todo el mundo. Pero, a mi juicio, el proceso se tenía que haber parado porque ETA seguía matando. Había muchas presiones.


- Lo que es cierto es que a partir de esta fecha comienzan los años de plomo sin que nadie pudiera hacer frente al terrorismo. ¿Cómo son estos primeros años?

No había ninguna preparación. Solo era enterrar, enterrar y enterrar y esperar a que no te toque.


- ¿Por qué tardó tanto en prepararse la Guardia Civil ante ETA?

El país estaba manga por hombro. Todo estaba igual. La democracia seguía siendo joven y costó entrar.


- Fue más allá de 1980 y de los llamados años de plomo. De hecho, los guardias civiles se debieron enfrentar a este terrorismo con muchos problemas, por ejemplo sin artificieros en San Sebastián en 1979, todos asesinados. ¿Ha podido hablar con alguno de estos guardias?

Sí, sí. Yo vivía allí. Y se vivía únicamente en a ver si no me matan. A ver si no me toca a mí. Eso creo que solamente lo soportamos los guardias civiles.


- No hace mucho tuve la ocasión de entrevistar a uno de estos guardias y comentó que todos debían estar condecorados e, incluso, ser considerados como víctimas precisamente por ello, porque se hacían servicios donde un compañero había sido asesinado un día antes.

Condecoraciones existen para todos los guardias que estuvieran allí tres años. Pero había que estar. Y allí estuvieron cientos de guardias y no todos estamos tarados. Me parece un poco exagerado.


¿El 23F pudo estar también influenciado por la violencia de ETA?

Fue una reacción a un Gobierno débil y a muertos diarios. Y alguien pensó que así se podía solucionar.



- Y se llega también a los GAL. ¿Se puede explicar de algún modo?

Lo mismo. Estado débil. Sin recursos. Se ve impotente y se piensa en un Plan B.


- ¿Cuál es el punto en el que las fuerzas se igualan y se puede mirar a los ojos de verdad a ETA?

A partir de finales de los 80 o principios de los 90. Nos hemos especializado y espabilado. Sobre todo hemos empezado a conocerlos, a saber qué es lo quieren y a ganar músculo.


- ¿Y el papel de los políticos en todo ello cuál es? Porque siempre hay críticas de que si se ha utilizado y se utiliza el terrorismo para fines electorales

En su sitio. Unos más acertados y otros menos pero formaban parte contra ETA y han sufrido atentados. Sí señalaría el pacto del 2000 contra ETA. La democracia se quita los complejos y decide utilizar todas sus herramientas. Ilegaliza las organizaciones del entorno y a partir de ahí la democracia es fuerte, no tiene complejos.


- Señala el pacto, ¿algún político en especial?

No. Todos, de todos los colores. Se luchó contra ETA.


- ¿Cómo se vivían en la Guardia Civil las treguas?

Siempre con escepticismo. Era dame lo que quiero o nada. Pero una negociación era tregua y lo veías bien. También sabías que no podía durar y que el hecho de sentar a ETA le daba legitimidad.


- ¿Un descanso?

Era un descanso en los atentados pero nosotros seguíamos trabajando. Eran muertos que se ganaban.


- ¿Se recuerda algún atentado especialmente por su crueldad?

Yo tengo dos, el del cuartel de Zaragoza y el del cuartel de Vic, pero porque yo estuve allí y lo viví en primera persona. De hecho participé en la detención de los etarras en el segundo.


- También participó en la liberación de Ortega Lara que me consta fue realmente complicada.

Si no tienes el 100% de seguridad de que está allí no lo encuentras. Los zulos de ETA eran de una gran ingeniería.


- Hablando de ello. ¿Hubo algún etarra complicado de atrapar por su inteligencia?

Hubo una mujer que se nos escapó varias veces. María Soledad Iparraguirre ‘Anboto’ fue detenida en Francia en 2004. Fue la más mala y lista.


- Nos acercamos al final. ¿Qué papel ha jugado la sociedad en ello?

La sociedad vasca y en menor medida la española al principio lo toleraron. Luego la sociedad es cobarde y calla y alguna otra la apoya. Empieza a sacar la cabeza cuando ETA va siendo derrotada.


- Y el día del cese definitivo de la violencia, ¿qué pasa por la cabeza de los agentes de la Guardia Civil?

Para nosotros eso ya era intrascendente. Sabíamos que los papeles estaban invertidos. Nosotros éramos mucho más fuertes y ellos ya estaban derrotados. En realidad fue indiferencia.


- ¿Qué queda ahora?

Esclarecer y detener a los que tienen cuentas con la justicia. Hoy se sigue trabajando por mucho que ETA haya acabado. 

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