Más de 200 familias confían en Asanhi, la agrupación salmantina de niños hiperactivos

26 de octubre de 2014 (05:19)

Aunque la edad media de detección del trastorno se sitúa entre los 7 y los 9 años, muchos niños manifiestan antes los síntomas. El Trastorno por Déficit de Atención a Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurobiológico, crónico y con un fuerte componente genético. Se divide en tres tipos, los que padecen déficit de atención, donde se sitúan los pequeños que se despistan mucho, que parece que piensan en otras cosas o que como popularmente se dice “están en las nubes”; los que padecen hiperactividad e impulsividad, que son los niños inquietos, intranquilos, que no se concentran ni controlan, que no tienen paciencia; y en último lugar los que padecen ambos trastornos.

La Asociación Salmantina de Niños Hiperactivos (Asanhi) nació en 2007 por la iniciativa de dos familias que estaban en la agrupación de Valladolid y a los que propusieron hacer una delegación en Salamanca. Como recuerda la presidenta de Asanhi, Herminia Cascón, “nos pusieron en contacto y empezamos 5 padres, que teníamos que hacer las reuniones en un bar”. Ahora el Ayuntamiento les cede un local en la Casa de las Asociaciones (calle La Bañeza número 7) y también les da una subvención para realizar actividades.

Poco a poco y con mucho esfuerzo Asanhi ha ido sumando familias y en estos momentos son cerca de 230 las que confían en su trabajo, que consiste fundamentalmente en el asesoramiento a las familias, ya que ellos no realizan tratamientos psicológicos, aunque sí que tienen convenios con determinados profesionales para poder realizar las terapias.

Talleres

En la asociación trabajan a través de diferentes talleres las habilidades sociales, el control de los impulsos y numerosas áreas académicas. Así, la psicóloga de Asanhi, Natalia Medina, afirma que ofrecen actividades de lecto-escritura, matemáticas divertidas, inglés, ajedrez, talleres de ocio, campamentos de verano y excursiones. Además, no solo trabajan con los afectados, sino que también cuenta con la Escuela de Padres, en la que aproximadamente una vez al mes se ofrecen charlas de temas que interesan a los progenitores y que ayudan a mejorar la calidad de vida.

Detección

La forma más habitual de detección del trastorno es a través de los centros escolares, un aspecto que ha mejorado mucho en los últimos años. Además, también los padres a través de los pediatras pueden ser derivados al servicio de psiquiatría infantil para su valoración y tratamiento. El diagnóstico en todo caso tiene que darse de forma severa y que afecte a diferentes niveles como el familiar y el escolar.

El tratamiento más habitual, aunque depende del grado del trastorno, es el que combina la medicación y la terapia para la modificación de conductas y de habilidades sociales. También suelen necesitar los afectados un tratamiento psicopedagógico, ya que en muchos casos tienen problemas de aprendizaje.

Desde Asanhi insisten en que se trata “de un trastorno, no de una enfermedad” que en principio es crónico, pero en el que si la persona es capaz de controlar los síntomas, puede desaparecer. Además, afirman que un aspecto fundamental es la detección precoz, porque como asegura Natalia Medina, “cuanto más pequeños se detecta, mejores son los resultados”. Y es que si no se trata, el TDAH puede llevar asociados otros trastornos del estado de ánimo o de ansiedad.

Financiación

La asociación se financia con las cuotas de los socios y con una subvención del Ayuntamiento, y están a disposición de cualquier persona en la sede los lunes y miércoles de 10 a 13 horas y los martes de 17 a 20 horas. Sus actuaciones se dirigen a dar a conocer y formar en el trastorno a todas las personas que tengan algún tipo de relación con un afectado con el fin de favorecer su desarrollo a todos los niveles: familiar, escolar, social y mejorar su adaptación.

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