No es fácil cumplir veinticinco años en los escenarios. Menos cuando se trata de un grupo local, donde los medios son más limitados y salir adelante siempre requiere un dosis extra de esfuerzo e ilusión. Pero La Chana Teatro lo ha logrado y este sábado, a las 21:00 horas en el teatro Liceo, cumple sus bodas de plata representando la obra ‘Entre diluvios’. 
 
Los humildes inicios con representaciones de títeres por los pueblos han dado paso a giras internacionales en escenarios de lo más variopinto. Así lo recuerda su director, Jaime Santos: “Era dedicarse a esto no dedicarse, yo lo tenía claro y fundé la compañía con mi mujer”. Fueron años de recorrer numerosos pueblos, de horas y horas en la carretera, creciendo poco a poco, “había que buscarse la vida con nuestra forma de contar las cosas”. Hasta que hace una década el teatro de objetos les llevó al éxito gracias a su paso por el Festival Titirimundi. “Entonces empezó una marcha de avión en avión”.
 
Ha sido un cuarto de siglo cargado de anécdotas, como una vez en Brasil, donde en mitad de la obra ‘Entre diluvios’ una mujer se levantó de su asiento con un cartel donde se leía ‘Llévame contigo’, como si fuera una enloquecida fan de cualquier estrella de rock. En otra ocasión, durante un número con vasos, al buscar uno se cortó en plena obra, “la gente pensaba que sangraba como una bestia porque había una tela roja que cubría el vaso”. Y en Níger, donde los medios son escasos, “actuamos en un corral y la gente subía al escenario en mitad de la obra poniendo monedas en la frente para seguir un rito”.
 
Protagonista de la evolución del teatro
 
La esencia del teatro se mantiene desde hace siglos, pero corre el riesgo de perder su poder de atracción entre las nuevas generaciones. Así lo percibe Jaime, testigo de la evolución del teatro en Salamanca durante el último cuarto de siglo. “No veo que sea una ciudad muy teatral en el sentido de que los jóvenes van haciendo cosas, pero no veo resurgir al teatro como antes, no veo gente que arriesgue, está más acobardada y todo necesita muchos papeles. La gente no ve un trabajo fijo y este mundo es bastante arriesgado. El teatro comercial sigue siendo burgués, la gente necesita nuevas visiones para el teatro joven”.
 
Pero la palabra crisis además significa oportunidad. En una sociedad donde el caballero don dinero rige el destino de todo, también del teatro, aún queda margen para la innovación. Porque el teatro no se hace para contar las cosas, sino para cambiarlas. “Los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades. Hay muchas formas para crear. Ahora se busca la rentabilidad rápida, pero decía Cela, el que resiste gana, ser actor lleva muchos años hasta que dominas las tablas”.
 
Decía Arthur Miller que el teatro no puede desaparecer porque es el único arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma. Mientras existan grupos como La Chana Teatro, el telón continuará levantándose en una función donde el último acto aún está por escribir. “Espero llegar a otros veinticinco años. Hemos sufrido en esta profesión, pero lo hemos pasado muy bien”.

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