En un patio muy pequeño de dos metros, dentro de una casa poco lujosa del Barrio Blanco, trabajaba Luciano en su taller cuando se mudó a la ciudad charra para estudiar ebanistería artística. Quién le iba a decir que acabaría de maestro en la Escuela de Artes, gracias al creciente ímpetu que puso en este oficio desde que entrase allá por 1957 en un taller perteneciente al reformatorio de Tejares: “Mi padre, a medida que iba creciendo, se dio cuenta que la finca en la que trabajaba él no era mi vida”.
 
Son muchos los planos, fotos, dibujos, bocetos y obras que guarda este ebanista de 71 años en su colección de recuerdos. Así, por ejemplo, el mueble que ocupa la pared de su salón, que conserva más de cincuenta años, lo remodeló entero, y parece recién comprado, aunque para él “el mueble no tiene ninguna importancia”. Hay otras obras que guardan mayor valor para Luciano como el laúd que le regaló a su hijo o el cabecero de su cama, realizado con esas manos que hoy subsisten ajenas al tiempo.
 
Después de tantas horas, en el que compaginó su oficio en una empresa con las clases en la Escuela de Artes y Oficios, se puede entender la pasión con la que relata algunos episodios de su vida y con la que define las distintas clases de la materia prima que le ha acompañado durante toda su labor como ebanista: la madera. “Aquí, en Salamanca, era muy difícil encontrarla, toda la que he gastado provenía de Madrid”, como el trocito de ébano que guarda como oro empaño. Hoy en día, como cuenta, “no se trabaja con estas maderas porque todo es venta al por mayor”.
 
La ebanistería no ha muerto aún para Luciano, aunque este oficio esté desapareciendo poco a poco, al menos como se entendía unos años atrás: “Ahora son maquinarias muy sofisticadas las que se utilizan, y la forma de trabajar es muy distinta, no tocas ni la madera”. Aún sigue practicando el oficio que aprendió de joven en sus ratos libres, pero esta vez como pasatiempo muestra de la pasión que siente y la increíble devoción que desprende al hablar de aquellos tiempos en los que se trataba la madera de una forma más viva.

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