Entre los que volvieron se encontraban algunas salmantinas que, enamoradas de su tierra dejaron la cuna germana y volvieron para, prácticamente, empezar de cero la construcción de su propia vida en territorio castellano. A principios de los noventa, muchas de estas mujeres mitad alemanas, mitad españolas, se reunieron y crearon en Salamanca una Asociación Cultural que sirviera de centro de reunificación para ellas y de concentración cultural para sus hijos. De este modo nació Max and Moritz, una asociación cuya finalidad es que los niños sientan la lengua y las costumbres germanas muy cerca y que lleva trabajando con los más pequeños desde el otoño de 1991.
Además de Alemania, Austria y Suiza también tienen cabida en esta asociación, que desde 1993 está instalada en el Centro Cívico del Barrio del Oeste (ZOES), por ser regiones de inversión germánica. La vida de esta asociación ha estado marcada año tras año a los cursos de inversión y perfeccionamiento en la lingüística alemana así como la cultura, todo ello enmarcado en un contexto lúdico y de ocio con actividades como manualidades, teatro o pintura. Lejos de ser una academia del idioma, ‘Max & Moritz’ fomenta el vínculo de los más pequeños con el país germano celebrando las tradiciones alemanas como si estuvieran en el mismo país. Prueba de ello, es la “Fiesta de los Faroles” con motivo de San Martín, y celebrada a principios de noviembre. En ella, los niños realizan el conocido como el desfile de los farolillos y mientras las calles alemanas se iluminan con estos anticuados objetos, aquí lo hace el Parque de San Francisco.
Siguiendo con las tradiciones, la siguiente festividad es la de San Nicolás en el mes de diciembre, fecha señalada y muy emotiva para los más pequeños en la que reciben la llegada del santo a quien reciben cargados de dulces y chocolates. A ella le siguen los carnavales, en ella la tradición marca la búsqueda de unos huevos de pascua, que previamente han sido decorados por sus familiares y escondidos, en este caso, en la Aldehuela. Al mismo tiempo que los niños buscan los huevo, los padres participan en un concurso de disfraces, por lo que este día se convierte en una fiesta para todas las generaciones. Por último, el calendario festivo lo cierra una festividad estival en la que los farolillos vuelven a ser los protagonistas y los niños celebran el paso de estación con una jornada de convivencia.
Cincuenta años después de que los padres y abuelos de estos que hoy conforman un centro de reunión y encuentro germánico, austriaco y suizo, la situación del país al que volvieron después de que sus padres lo dejaran, es similar. La crisis económica que vive España desde hace ya varios años ha sacudido las tablas y los esquemas sociales, son muchos los españoles que se plantean emigrar y Alemania sigue siendo uno de los objetivos principales, pero lejos de volver a embarcarse hacía el norte de Europa, estos protagonistas tienen claro que su futuro sigue estando aquí y aseguran con conocimiento de causa, que Alemania no está mucho mejor que España, y también se está resintiendo de la crisis así como de los recortes y reformas. Las tornas se cambiaron para estos niños con origen español nacidos en tierras alemanas que fijaron su residencia en España y solo vuelven a Alemania por fechas señaladas.
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