Este diario ha sido testigo, en primera persona, del trabajo diario de los operarios municipales encargados de la limpieza de las pintadas en la ciudad. Multitud de paredes, fachadas y mobiliario urbano son objeto de los vándalos que con sus sprays dañan y atentan la piedra de las edificaciones salmantinas. Casi siempre, según informan los propios trabajadores del Ayuntamiento de Salamanca, en zonas céntricas y en muchas ocasiones casi sin visibilidad para no ser reconocidos mientras están pintando.

El método que se emplea en Salamanca para eliminar dichas pintadas tiene que ver con la puesta en marcha de una máquina que acaba con ellas en cuestión de minutos. “Tenemos una máquina propulsada por aire a presión. A la misma le añadimos una arena de sílice”, comenta José, un operario municipal encargado de estas labores. “Una vez metida en el depósito ésta sale por una manguera a través de una pistola que actúa directamente sobre la superficie pintada a limpiar”, añade.

Pero hay que tener muy en cuenta el tipo de piedra o de superficie sobre la que se pretende aplicar este método. Sobre todo diversas condiciones, como la porosidad, para evitar dañarla lo máximo posible. “Es importante conocer el tipo de pared, ya que dependiendo de eso se aplicará una presión u otra y actuaremos de una manera diferente, como en el caso del lavado o del raspado con el carril”, señala este trabajador en alusión a la máquina anteriormente mencionada y otras operaciones. Finalmente, aludió a los diferentes tipos de pintura a los que suelen enfrentarse en este menester. En este sentido dijo “que la pintura más difícil de eliminar es la tinta china, que se mete en los mármoles y eso no hay quien lo saque.

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