El servicio que dirige el profesor de la Universidad, Ricardo Canal Bedia, está formado por diferentes especialistas como psicólogos clínicos, pediatras, trabajadores sociales e investigadores. Ellos son los responsables del primer Programa de Detección Precoz -conocido como programa de cribado- que en 2005 comenzó a desarrollarse en los centros sanitarios de la provincia.
Inicialmente te trató un programa voluntario hasta convertirse en la actualidad en una prueba más sistemática que realizan los pediatras en las revisiones de niños sanos de entre 18 y 24 meses en todos los centros de salud. Se trata de un consentimiento informado con un cuestionario de 20 preguntas que se realiza a los padres y que luego se remite al servicio de referencia, que es el encargado de valorar si el niño o la niña presenta síntomas dentro del Espectro Autista -grupo de trastornos con características comunes entre el que se encuentra el autismo-.
Cuando un pequeño es diagnosticado se le remite al Centro de Atención Integral al Autismo donde se realiza un tratamiento temprano cuyo objetivo principal es aumentar la posibilidad del paciente de tener una vida satisfactoria.
Canal Bedia asegura que son varios los motivos para hablar de un aumento exponencial de la enfermedad. En primer lugar se debe a una razón definitoria, ya que los criterios actuales para diagnosticar el autismo son mucho más abiertos. Sin embargo, también ocupa un lugar muy importante en el aumento el mayor control que se realiza, y que hace visibles muchos más casos que antes también existían pero que no estaban diagnosticados como tal.
El servicio de la Universidad de Salamanca está inscrito como centro sanitario y dispone de una página web con información de todo el Espectro Autista -www.infoautismo.es-.
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