En el resto del polígono la situación fue de calma total, con ausencia de sindicatos después de acudir a la nave de los autobuses urbanos. Los servicios de limpieza funcionaban con normalidad, así como las empresas que decidieron abrir sus puertas y los trabajadores que eligieron no secundar la huelga general. Incluso los empleados de Qualytel entraron sin problemas, con la única presencia de algunos representantes de los sindicatos repartiendo octavillas, eso sí, con presencia policial de cerca.
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